Table of Contents Table of Contents
Previous Page  373 / 416 Next Page
Information
Show Menu
Previous Page 373 / 416 Next Page
Page Background

DESPUES DE PENTECOSTES.

363

Estando hablando el Sa lvador con esta

m g-:•r , vinié–

ron

a

decir al

príncipe

de la sinagoga

que

SLJ

hjja aca–

baba de espfrar' qtte sería bueno le ahorrase

a

J

sus el

trabajo

de

ir

a

su cas:i

a

curar

a

la

enf rma. Era

d"'

a–

siado

vi va su

fe para que

si~uiese

un tan pern"cioso con–

sejo. t:lega

a

su ·easa con el Salvador; no se

oía

en toda

la casa sino lloros , sollozos

y

griws la. timeros :

ya

el\-~

taban allí los músicos que en aquel tiempo se llama aa

a

los funerales para que tocasen con sus fl au tas tocatas·

lúgubres·

y

propias

de

semejantes lances.

Lo

primero

que

hizo Jesus fué

mandar

cesar todo aquel estruendo. Heti-

. ráos, les -dixo: ¿por que tantos lloros

y

tanto ru ido? No

liareis, pues esta niña duerme, no está

mu~rta.

Que ria el

Salvadcc1> deci¡ con esto, que aunque hubiese muerto ver–

daderamente no era por mucho tiempo;

y

que el estado

en

que la veían no debia mirarse sino como un suefío,

de que le era tan fácil hace rla salir, como lo es

a

qu aJ–

quier hombre el despertar

a

uno que duerme. Como los

que estaban presentes no comprehendian lo que

queria

decir Jesucristo, hiciéron

burla

de

él. El

Señor sin

em–

bargo decia la verdad ; pues una muerte

a

quien la re–

surreccion debe seguir inmediatamente, no

se

debe

mi–

rar

sino

como un sueño. Luego que se hubiéron todos re–

tirado, entra Jesus en

el

aposento de la difunta, acom–

pañado solamente del padre y madre de

la niña ,

y

de

sus tres amados apóstoles , Pedro, Diego

y

Juan ;

y

to–

mando

al~

difunta por la mano, la dice ·en voz alta,

y .

como ·quien

era

Señor absoluto de la vida

y

de

la

muer–

te: niña,

levántate;

y

al mismo punto se levantó

viva

y

sana. To.dos los que

la

babia

o

visto

muerta~

y

fuéron

res~

t igos oculares de su resurreccion quedáron atónitos

y

~in

poder hablar palabra; pero vueltos

bien

presto en

sr~ ·

pro- -·

rumpiéron en gritos

y

clamores

de

·go'zo,

en

ben

icio•

·

nes y en alabanzas que resenaban en .roda la

casa.

Por

mas que

d

Salvador 1es dixo

qu ~

no hablaran

del

mila–

gro, el milagro , dice San Márc·os ,

se

publicó al in.l\tante ·

en

toda

la ciudad,

y

todos admiráron

el

poder

exuaor–

dinario de aquel

Hbmbre- Dios.

Quando

el Salvador pro–

hibe

publicar

un mi agro que

no

p1Jede ·

es rn r

se

-~ r

t ,

no

quiere , al

parecer , dice un

intérpre te~

.sino

mosn

a

;l

sus ministros la humilde situacion de corazon en que de-

ben

'-