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levantemos, cor remos riesgo de l vantarno m
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Por ventura qu ie re
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ucri .; to, dice un erud i–
to intér prete' executar
a
los
fari
·ea
a
que e bax n pre.
cisamente con el fin de hacerse honor
u
de vita r la con–
fusion
~
No por cierto; e dem, siado imperfecto
y
aun vi–
ci oso este motivo para qu
s merito1
io ; sto eria hu–
millarse por motivo de oberbia. Conocia muy bien el S 1-
vador que los
fari
eos no eran gentes qu , se m
~
1
i e
en
por razones mas es pirituales, y así se acomoda a su fl a–
queza ;
y
para corregirlos de la vergonzosa prie a que e
d ban por tomar lo primeros puestos, les pone delante
solamente el vano deseo de ser estimados , que adv ierte
en ellos.
A
la manera que
a
un hombre de templado se
procura hacerl e sóbrio por el amor de la salud , y así se
le va dispon iendo po r un mot ivo
pur~ me nte
natu ral
a
la
tem planza cri ·tiana. La humildad exterior es un paso
pa·
ra ll egar
a
la humildad del corazon.
E ta instruccion que aquí se llama pará bola, en el sen–
tido mo ral mira pa ticularmente
a
lo judíos, lo qu ales
babi a ·i-.. o convidados lo pri meros l b nguete cel stial
por la pred icacion del evangel io, y
se
excluyéron ellos
mismos ele la eterna bienaventuranza por una orgullo< a
es–
timacion de sí mismos, dicen los padr
s.
Sol o al guno po–
bres, algunos pub icanos, algunas m11gere pe .adora ,
y
los
gen til de corazon contrito y humill ado aceptáron el con–
vite que se le hab ia hecho;
y
reconociéndose indigo de un
tan in igne fa vor, est ándose n el
ú
timo pues to, no atre vién–
do e
a
levanta r los ojos ,
y
estando en pie en lo ma bax de l
t emplo como el publ icano, m reciéron que el" dix ra:
Subid mas arri ba , ocu ad los primero pue tos de que los
judíos se han hecho indigno por
su
orgullo a obst inacion.
De todo su di curso concluye e1 hij de Dio. :
Quia 1Jm-
11is qui
se
e~'Caltat ,
humiliábitur;
&
qui se humfliat , exnl–
t
'bitur:
p rqu e qualquiera que se en alza , erá humi lla–
do;
y
qualqui ra que se humilla, será nsalz do. Aturde
el