DESPUES DE PENTECOSTES.
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MEDITACION
De /a· soberbia.
1
P U N T O
P R 1 M E R
O.
e
onsidera' que ]a soberbia es una opin ion
excesiva
que
tiene uno de sí mi mo, de su propio mérito, de
u
pro–
pia excelencia: es
un
deseo ardiente
y
desarreglado
de
que todos Jos otros tengan la
mi
ma opinion de nosotros.
La
soberbia es ordinariamente el vicio de Jos espíritus.
apocaaos; de
os
hombres de un tal ento muy limüado:
un
mérito verdadero, un corazon grande es mé nos c,a–
paz de envanecerse y engreírse.' Un buen entendimiento
no se para
en
falsas brillan tece : su penetracion
va
de–
masiado
l..:jos
para no descubrir lo flaco , ó por mejor de–
cir ,
la
nada obre que se
fundan
las mas bellas qualida–
des,
y
para no percibir las muchas sombras que hay
en- ·
tre estas bellas qualidades.
Sus
defectos le dan mas gol–
pe que sus virtudes. Un espíritu apocado, como no sale
jamas de su esfera , solo está lleno de sí
mi
mo ; y no ha–
llando nada sobresaliente en todo quanto hacen los otros,
s0lamente se admira de lo que él hace. Pero si la sober–
bia es indicio de un entendimiento muy reducido, no mé–
nos es prueba del poco mérito del sugeto. Una alma gran–
de forma una idea demasiado justa de la perfeccion para
que
ignore lo
que
hay de defectuoso en lo que hace
Ja
admiracion del pueblo : una alma baxa y plebeya no se
embelesa sino con lo que
ella
tiene de- bueno, sin pen–
sar que todo lo bueno viene únicamente de Dios.
V
ce qui
sapiéntes estis in óculis veJtris
!
¡Ay de los que sois
sa–
bios
a
vuestros propios ojos! dice el profeta. Quando es–
ta pasron reyna en
un
corazon , bien presto hace nacer
en
él todas las otras. ¡Quantas pasiones estarian , si no
apaga.das,
a
lo ménos adormecidas, si la soberbia no las
despertara!
¡
Quantas familias vivirian aún en una estre–
cha
union,
si la
soberbia no hubiera encendido sorda–
mente el fuego de la discordia que consumió en pleytos
el caudal mas líquido,
y
que
inspira
a
las
dos
partes
el
fu-
/