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DOMINGO DIEZ Y SLETE
dice San Hilario, se ría bueno meditar
y
estudiar con tiem·
po este salmo ,
y
penetrar todo
el~
sentido qye encierra;
por quanto es muy propio para inspirarnos el amor de
la le
y
de Diós ,
y
de todas las observancias religiosas;
y
este sin dufta es . el motivo que
ha
tenido
la
Iglesia
para hacerle su deprecacion de todos los dias; pues este
solo salmo compone todas sus horas menores. .
J uSfitS
.es D.Ómine
,
&
rectúm judfcium tuum:
Justo
eres, Señor ,
y
tus mandamientos están llenos de equidad.
Fac cum' servo tuo secúndum misericórdiam tuam.
Tratad~
vuestro siervo segun vuestra misericordia. Por mas cuidado
que pongamos, por mas fidelidad que empleemos en cum-
. plir con puntualidad con nuestras obligaciones; no ' hay
quien no peque, y cayga muchas veces al
dii\'
y asÍccon–
tinuamente tenemos necesidad
de
la misericordia
del Se–
ñor ; esto es lo que hace decir en otra ·
pa~te
al mismo
profeta:
Non intres in judícium· cum servo tuo, quia non
justificábitur in conspéctu tuo omnis vivens:
Señor,
nd en- .
1
tres en juicio con tu sie rvo' porque no hay sobre la tier-
ra ún solo hombre que pueda lisonjearse de que es inocen–
te delante de vos.
Beáti immaculáti in via; qui árnbulant
in lege Dómini.
Bienaventurados los que están siempre en
los caminos de la inocencia ,.
y
andan fielmente por las
~endas
de la
ley
del Señor. E ste salmo no es otra cosa que
un kxido de sentimiento's
y
afectos de estimacion
y
afee·
·to
a
la ley de Dios. Y c0mo esta
ley
es - el camino por
donde .
se
va
a
la bienavecyturanza, empieza David este
cántico tan .lleno de undon, anunciando la bienaventuran·
za
a
los
que
observan puntualmente esta ley. Todos -los
hombres quieren ser felices; _este es ·el fin que se propQnen
los buenos
y
los malos, dice San Agustín:
Ut
hoc
&
ma–
li
vetint
&
boni.
No admira el que los buenos observen la
ley
y
vivan como geqtes de bien para llegar
a
conseguir
la bienaventuranza, dice este pad re; pero lo que pasma
es , que los malos aspiren
a
la misma felicidad viviendo
mal
y
no gua rdando la
ley;
y
que tan pocas gentes pon–
gan los medios para obtener lo que todos los hombres de–
sean :
H oc autem páuci volunt
,
sine quo r/on pervénitur ad
illud quod omnes volunt.
Ninguno debe
~sperar
conseguir
esta bienaventurada felicidad a que todos aspiramos'· si
· no
vive
en la inocencia;
y
no
hay
inocencia,
si
no
se
ob-