DESPUES DE PENTECOSTES.
~rs
deslumbrar, para ·hacerse admirar;
y
sin embargo,
una
flor, un
lirio
que nace en el campo sin cultivo excede
en brillo.;
en
hermostua,
en
proporcion, en
gallardía~
en
matices
de
oro ·, verde' azul, blanco, pajizo'
a
todo quan–
to el arte -puede -hacer de mas vistoso, y de mayor
pri·
mor. El mas .fino y mas exquisito coste no es capaz
de
igualar
a
la
naturaleza: un clavel, un tulipan, hasta la
flor mas silvestre está mas pomposa y espléndidamen–
te vestida , brilla con mas resplandor
y
lustre que el
mayor monarca.
Y
-si
Dios, dice Jesucristo, viste
de es–
ta
suert_e
a
una
.yerba ~
del campo , que hoy es , y
ma–
ñana
se
arroja al fuego ,
i
quanto mas lo haría con vo–
sotros, gentes de -poca
fe~
1Que justa es esta reconven-
;
·ci~
·!
¡Y ,
e
irracional es nuestra poca confianza en la
providencia! La vemos ·extender ·sus cuidados hasta so–
bre una flor ·que 'hoy nace ,
y
que mafiana no es sino
una ye1·ba ·seca
1
que se arroja al fuego:
:¡y
tememos que
l'JOS
<>lvide
a
.llOSOttOS, habiéndonos formado
a
SU
imá–
gen , habiéndonos escogido para estar en su servicio,
y habiéndonos 9estinado
a
una eterna f elicidad
!
De mu–
chos de estos :socorros y graéias prevenientes somos pri–
vados por falta de confianza : nuestras inquietudes, nues–
tras solicitudes , .nuestra desconfianza, nuestros t emores
son la prueba mas clara de ·nuestra poca fe:
Nolíte er–
go sqlíciti esse, dicéntes-: -quid manducábimus
~
No os in–
quieteis, añade -el Salvador,
ni
digais,
ique
comerémos,
qué beberemos, y ·
con
.qué nos vestiremos? Estos cui–
dados ansiosos son excusables en los paganos , que no
saben lo que es Dios ,
o
que no lo saberr sino confusa–
mente, porque el error
y
el
pecado les obscurecen la
vi
ta , no
conocen ,
y
por consiguiente no desean ino
los bienes
vi
ibles
y
perecederos '
e
ignoran los tesoros
de su providencia ,que se derraman con tanta liberali–
dad sobre todo el universo. Pero vosotros que sois los
hijos de Dios , los legítimos herederos de su reyno eter–
no debí is avergonzaros de pensar tari seriamente en lo
que mira al vestido
y a
la comida, como si
é
te fue –
ra
vuestro principal negocio: básteos saber que vuestro.
Padre
cele. tial
no
puede ignorar
la
necesidad que de
ello
teneis ; pues amándoos coino
os
ama ,
y
sabiendo lo
gue
os falta,
es
imposible que es
vea
necesitados,
y
no acu-
04
da
I
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