Table of Contents Table of Contents
Previous Page  217 / 416 Next Page
Information
Show Menu
Previous Page 217 / 416 Next Page
Page Background

DESPUES DE PENTECOSTES.

207

rado con sesenta tablas de cedro , forradas

ó

cubiertas de

plata.

El

arca estaba colocada en medio ·del tabernáculo

en el ora torio secreto:

estaba

dorada por dentro

y

por

fuera:

la

plancha de encima, que la servia de cubierta,

se

llamaba el

propiciatorio,

porque aplacaba la indignacion

de Dio . Estaba rodeada de m chos velos, tendidos,

y

.. tirados de corchetes

y

hebillas de oro.

Este

tabe1 náculo

se

llama en la Escritura el

tabernáculo del S eñor,

ó

por

an–

tonomasia el

tabernáculo.

David

us'pira por

este

Jugar

santo, -adonde iba

a

derramar su corazon delante de1Dios;

así nosotros en nuest r'o destierro debemos, durante esta vi–

da, suspirar por los tabernáculos eternos; es decir, por.

la estancia de los bienaventurados en el cielo, que es

nue

L

a ama

patria. Busquemos nuestro reposo, nuestra

felicidad, como,

y

quanto queramos; durante esta vida,

en ninguna parte la encontrarémos.

La

~ierra,

maldita por

el Señor, no puede llevar sino espi rras. El mismo trono,

por

mas brillante,

rico

y

elevado que

sea,

no puede hacer

a

un hombre feliz.

La

fortuna mas floreciente, la mas

lar–

ga

prosperidad, la gl oria

mas

brillante pueden deslum–

brar; pero nada es capaz de satisfacernos plenamente. Ha

mas

de seis mil años que los hombres trabajan en hacer–

se felices,

y

ninguno ha podido encontrar todav ía una

quietud llena

y

perfecta, que ha

y

a fixado todos

s~J s

deseos.¡

siempre

queda un

vacío infinito, que todos los objetos

criados no pueden llenar: el hombre no ha sido hecho pa·

ra

ellos. Es necesario que

se

eleve basta Dios;

y

desde

~l

momento que toma este partido,

halla

una

paz

y una dul–

zura q ie no ha encontrado en ninguna otra parte; señal

evidente de que Dios es el fin

y

el centro de su desean o.

Dem

s

que sea el valído mas estimado

y

ma honrado del

mayor monarca del mundo: que halles en su serv icio todas

las dulzura

y

ventajas que el mundo puede darte; todo

esto no e sino una felicidad quimérica , una dicha 1magi–

naria: un solo día en el átrio del

tabernáculo,

un so io dia

pasado en el servicio de Dio , hace gustar mas verdade–

ras

dulzuras, causa mas bienes ,

y

hace

ncont rar una

tranqui lict · d, una

ti

licidad mas real, que cien año pasados

en el er ici

y

al lado del mayor príncip

dd

universo:

Mi"lior est di s una in átriis t uis sup r

mfllia.

L

epístoila que se leía

ya

en la mi a aun ántes del

si-