Table of Contents Table of Contents
Previous Page  204 / 416 Next Page
Information
Show Menu
Previous Page 204 / 416 Next Page
Page Background

194

DOMINGO

TRECE

nos extension que la

J~dea ~

Solo, · pues, de

la raza espi–

ritual de Jesucristo, que son los cristianos, debe enten–

derse esta promesa;

y

solo se cumplió

en la

Iglesia,

y

de

. ningun modo en la sinagoga. No entra aquí San

Pablo

a

descubrirnos

y

hacernos patente

el

cumplimiento de las

promesas hechas

a

la raza carnal

de

Abrahan: limítase

el

la raza espiritual, que es Jesucristo, dice San Agustin,

·en quanto encierra en sí

a

toda la Iglesia de los fieles de

todos los siglos, de qualquiera nacion,

y

de qHalquier pais

que sean. Si los patriarcas ,. si los profetas , si los Santos

de l antiguo Testamento tuviéron parte en las bend iciones

de Ja descendencia espiritual , no

fué

en calidad de hijos

de Abrahan segun la carne , sino solo como ·mitadores de

-su

fe,

y

como que pertenecian ya

a

Ja raza espirit

·t

de

J esucristo ,

y a

la nueva

;;ilianza ;

pues así en la nueva

alianza como en la otra ninguno pudo ni puede salvarse

sino en atencion

y

por los méritos de Jesucristo. Esto es

, lo que hace decir aquí

a

San Pablo, que la E scritura no

dice que las promesas hubiesen sido hechas

a

Abrahan

y

· a

los que nacerian de él, sino

a

Abrahan,

y

al que habia

de nacer de él, que es J esucristo. La promesa, dice San–

to Tomas, es histórica

y

figurativa: histórica

y

literal en

Isaac

y

en su posteridad segun la carne; figurativa

y

es–

pi-ritual en Jesucristo

y

en

los fieles. San Pablo, dice este

·gran doctor, tenia toda

la

autoridad que era necesaria pa–

ra dar al texto figurativo un sentido determinado, cierto

y

ca paz de

fixar

nuestra

fe.

.

Hoc atttem dico, tes'taméntum confirmátum

a

Deo: quce

post quadringéntos

&

t r igfnta annos facta est lex, non

Jrritum f acit ad evacuándam promissiOnenz:

Digo, pues,

que habiendo hecho Dios como

un

contra to

y

una alianza

con Ab rahan, en virtud de la qual promete

a

su raza

espiritual, esto es., al que había de nacer de él, que es Je–

sucristo, toda suerte

de

bendiciones; Ja ley que no

fué

dada hasta quatrocientos

y

treinta años despues, no pudo

hacer · nula

ni

vana la promesa hecha ántes

a

Abrahan.

Y

·si por sola la ley independientemente de la fe somos he-

rede ros de los bienes celestiales, luego no será por

la

pro–

·mesa,

la

qual se hace vana

y

nula por

la

ley.

Y

como

a

Abrahan

y

a

su descendencia fuéron prometidas las ben–

diciones independientemente de la

ley,

se infiere que no

es