DESPUES DE PENTECOSTES. .
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riam Deo_, rzisi hic alienígena:
No se encontró quien vol–
viese
a
glorificar
a
Dios sino este extrangero. La reflexion
que hace aquí el Salvador sobre el agradecimiento de
aquel extrangero, que
fué el
ún ico de los diez que volvió
a
darle las gracias , es una instruccion
muy
mis teriosa.
Ya
-
se
dixo que la Igiesia junta
a
ios fieles todos los
domin~
gos., no solo para orar,
y
asistir al divino sacrificio, sino
tambien para alimentarles con el pan de la divina
pala–
bra ,
y
enseñarles las grandes verdades de la religion ; pa–
ra
lo qual les
da
éada domingo una leccion particu lar
sobre
algun punto de dogma
y
de moral.
La
leccion de
moral se contiene por
lo
regular en el evangelio del dia,
y
la del dogma en la epístola. El intróito de la misa es
ord · "riamfl e Hna oracion
o
súplica, que puede-servir de
modelo para enseñarnos
i
orar bien.
El intróito de la misa de este
día
se tom6 del salmo
setenta
y
tres. Previendo el profeta las calamidades
que
habían
de
caer sobre todo el pueblo, le envia
a
Dios una
piadosa queja, llena de amor
y
de confianza : quéjasele
a
Dios en nombre del pueblo de la desolacion de Jerusalen
y
de toda
la
nacion'
y
al
mismo
tiempo implora er
so–
corro
d~l
cielo. Este salmo conviene perfectamente
a
Ja
Iglesia perseguida , no solo por los paganos , sino mucho
mas por Jos hereges, los que no cesan jamas de perse–
guirla. Vense en ·él rasgos vivos
y
eloqüentes, grandes,
fuertes
y
tiernas expresiones, que convienen admirable–
mente al asunto,
y
que
nos pintan los excesos
y
sacri le–
gios de los hereges ; ved aquí algunos de estos rasgos:
Leva rnanus tuas in supérbias eorum in finem
:
Señor ,
le–
vanta quanto ántes tu mano ,
y
déxala caer sobre nuestros
enemigos,
y
abate para siempre su
or~ullo.
Quánta
ma–
Jignátus est inimícus in sancto!
¡
Quantas impiedades han
cometido en el lugar santo, que es tu templo! ¡Con que
in~olencia
han profanado el santo lugar en que celebra–
,mos nuestras fiestas
a
honra vuestra ! Enarboláron sus es–
tandartes en el sitio mas alto, fiel mismo modo que se
hace en los baluartes, sin distinguir el lugar sagrado del
profano:
Posuérunt signa .rua, signa:
&
non cognovérunt,
sicnt
in éxitu super summum.
Animábanse unos
a
otros
;l
desquiciar las puertas
a
gol
pes de hacha' como
quien
corta
leña en tm bosque; lo
q.ue
finalmente consiguiéron
por
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