DOMlNGO TRECE
por nuestra desgracia. E sta
impía
nacio-n;
y
todas sus sec–
t as , aunque ent re sí d ife rentes en dogmas, en errores
y ·
en intereses, conviniéron todas en este artículo, y todas
dixé ron un ánimes:
Quiéscere faciámus omnes dies fe_stos
Dei
a
t erra
:
A
olamos
de
sobre la tier ra todas las fiestas
del Señor.
i
Quien no ve en e te dis ño el verdadero
re–
trato de los hereges de estos úl timos
sigl os~
Tal
es el
salmo de que
la
Iglesia tomó las palabras que componen
el intróito de
la
misa de este dia :
R éspice, Dómine , in
testaméntum tuum
&
ánimas páuperum tuórum ne dere–
línquas in finem.
Acuérdate , Señor ·, de la
alianza
que
hi–
ciste en otro tiempo con nuest ros padres;
y
no te olvides
para siempre de tu pobre pueblo. Acuérda te , Seüor, de
todas las ma ravillas que obraste en nuestro
· vor,
wér–
date que eres nu stro Criador, nuestro Pro tector, nues...
tro Salvador: no te olvides que
res nuestro Dios,
y
que
nosotros somos tu pueblo: pa r ce que se in reresa tu honra
en socorrernos, p ues nue -. tros ene
igo
.
on al mismo
tiempo los tuyos:
Exúrge Dómine ,
&
júdica causam tuam:
&
ne obliviscáris voces quceréntium te:
Le ·ántate, Señor:
tan tuya como nu stra
es la causa
q u~
te
uplicamos de–
fiendas; no deseches
fa s
humi ~ d e
..
'\ Ú
lea de
los que
te
buscan de todo co razoq.
Ut quid D eus repulfsti
in
ftnem
~
irátus est fitro1· tuus super oves pasc.uce tuie?
¿,Por que nos
has abandonado, Dios
I"D ÍO,
como si no tuvi ésemos
ya
nada qne esperar de ti
~
i
por
que
te has enojado contra
las ovejas de tu rebaño? ¿y c '- tará p ara siempre inflamada
tu ira contra nosot ro, ?
i
no t ndrán jamas fin estos
mal es~
i
has desechado para siempre
a
este pueblo, en otro tiem–
po tan querido_y tan privil g iado,
a
quien
tú
mismo ser–
viste de guía
y
de
CO
ductor en el desierto, y
a
quien
CO·
mo
un
buen pa stor alimenta ste con el pan de los
ángeles~
Todo este salmo
se
ve ser un perfecto modelo de .una
oracion
afi
-et osa
y
llena de confianza, muy_propia para
valerse de ella n tod as las calamidades públicas,
y
para
p edir al Señor s di t, ne hacer cesar los
a~otes
baxo 19s qua–
les gime el puebl .
.La epístola de Ja misa d( este dia se tomó de la ins–
truccion que San
P.;
blo
a
a
los gálatas, quando les ense–
ña que la ley no justifi ca,
y
que ninguno se puede jus–
tificar sino por la
fe ,
la que es como la vida del justo.
Pa-
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