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· _ El
evangelio
de la misa de este día se
tomó
del ca–
pítulo .décimo de San Lúcas, en que el Salvador da tan
importantes lecciones
a
todo el pueblo' y en particular
a
sus disc-ípulos. Dichosos los oj©S que ven lo que voso–
tros veis, les decía: creedme; muchos profetas
y
reyes
deseáron ardientemente verme como vo otros me veis,
conversar conmigo, y oirme como vosotros lo haceis,
y
no les
fué
concedido este favor. ¡Que de gracia la de aque–
llos que no se han de aprovechar de la ventaja que -tie–
nen en poseerme! Estando en esto, se levantó un doctor
de
Ja
ley, lleno de estimacion de
su
suficiencia;
y
cre–
yendo que iba
a
poner
i
Jesucristo una dificultad indi–
soluble, le dixo: Maestro; ique se debe ha
ar
oseer
la vida eterna ? La pregunta era capciosa; pues decia den–
tro de sí mismo: si dice que es menester observar la ley
y las ceremonias legales, es inútil venir
a
anunciarnos el
reyno de Dios como una cosa nueva. Si responde que no
se debe observar la ley, será convencido de prevarica–
dor,
y
mirado ·como un falso profeta. Pero el Salvador,
a
quien nada se le escondia, confundió con su respuesta
- la málicia de aquel pretendido doctor, haciéndole ver que
que no le faltaba el conocimiento para
s~ber
lo que de–
bia hacer , sino la voluntad para hacer lo que debia.
i
Ig–
noras lo que está escrito en la
ley~
le respondió
el
Sal–
vador.
i
Que es lo que lees en ella?
.Quómodo
legis~
Ama–
rás al Señor tu Dios , respondió el letrado ,
de
todo tu
cqrazon ., de toda tu alma , con todas tus fuerzas ,
y
con
todo tu e píritu;
y a
tu próximo como
a
ti
mismo. Be–
llamente, has respond ido, le dixo el Salvador:
Recte res–
pondísti.
Haz esto que acabas de decir, y · vivirás:
Hoc
fac,
&
vives.
Guarda bien estos dos principales manda–
mientos: ama
a
tu Dios sin reserva ni division: ama
a
tu
próximo como te amas
a
ti mismo ,
y
conseguirás aque–
lla vida bienaventurada que no tendrá fin.
Lleno el letrado de la buena opinion que se tenia de
él,
y
temiendo no se sospechase el malicioso motivo que
habia tenido en preguntar al Señor una cosa que no ig–
noraba , como par.ece por su- respuesta, quiso desvane–
cer qualquiera sospecha que se pudiera haber tenido de
su mala fe , haciendo ver que aunque no ignoraba lo que
estaba escrito en la ley ; pero que tenia una dificultad que
el