I
DESPUES DE PENTECOSTES.
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virtud, son muy sobre
mis
fuerzas; por eso le doy
a
Dios
t oda
la
gloria, y reconozco que
si
vosotros sois como el
sello
de mj
predicacion,
mi
corona
y
mi gloria, todo es-·
to
es
un pu ro efecto de la bondad de Jesucristo
y
de
Dios
su
Padre:
Non quod sufficiéntes simus cogitáre á!iquid
a
nobis, quasi ex nobis:
no porque de nosotros mismos sea-·
mos capaces
de
pensar alguna cosa como de nosotros
mismos , sino que si de algo somos capaces , esto vien·e
de Dios:
Sed sufficiéntia nostra ex Deo est.
Lo
que dice
aquí el
apó
tol se debe entender de las cosas que
mi–
ra n
a
la · salvacion eterna ,
y
que son meritorias , como
dice el Conci lio de Orange;
y
en este sentido es de fe
que nosotros no solo no podemos executar algun bien,
sinr
i
·
ni omos capaces de pensar en ello
in Ja
di–
v ina gracia:
Sine rne nihil potéstis fácere ..
dice Jesucris–
to: sin
la
gracia del Salvador, sin la fe, sin la ayuda so–
br natural de
Dios,
somos, por lo tocante al bien meri–
to io, lo que el sarmiento separado
de
la vid , que para
nada es bueno. Pero si no podemos por
no~ otros
mismos
nada
para el cielo, lo podemos todo, dice el santo Con:.
cili o de Tren to, con la ayuda de la
g
acia:
011111in pos–
sum in eo, qui me confórtat.
Pero así como
es
cierto
que
no
podemos hacer nada de bueno
y
meritori o por lo to–
cante
a
la salvacion sin
Ja
gracia de Jesucr isw, a
í
ta.m–
bierr es fal so
qu~
nosotros no obramos verdaderamente
por nuestra libre cooperacion
a
la gracia; y no sería
un
error ménos criminal
y
ménos gro ero el querer inferi r
de
stas palabras, que todas las acciones de los infieles
son pecado . Quando se dice aquí que nosotros no pode–
rno
tener
de
no otros mismos ningun buen pensamiento,
d ice
un
erudito intérprete,
se
debe entender de los pen–
samienLOs santos
y
meri torios
que
nos l levan
a
la fe,
a
la conversion,
a
la
sal vacion; pero no debe entenderse
de
los
pen
amientos
loab~ es,
y
de un órden natural,
que
no
tienen
por
fin sino
un bien
y
una- bondad del
mismo
órden
y
de la misma naturaleza. Tales fuéron, segun San
Agu
tiq,
los bu nos pensamientos de los antiguos filóso–
fos
;
y
ta
s
s n los de los pueblos que -no reconocen
<i
Jesucri ' to,
ni
tieñen verdadera- re ligion, quando pien an,
por exemplo
~
que deben amar
y
honrar
a
sus padres,
y
hacer bien
a
los necesitados. Bien qt:Je sin la ayuda de la
gra-