DESPUES
DE
PENTECOSTES.
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·al mismo t iempo
da
por los mér itos de .
Ja·
sangre de Je–
sucris to todos los
a
xí lios
nec~sa ri os
para
executa r lo.
De todo esto saca San-Pab lo, que los ministerios de la
nue va
ley ,
y
por consigu· en e los ministros, son infini–
tam nte sobre los de
1
a ley antigua:
Quod si ministrátio
mort is,
d ice el
~an to,
literis deformáta in lapídibus, fuit
in g lória;
y
si lo que esta ba escri to en unas piedras, sien–
do un ministerio de mue rte ,
estuvo
no ob ta nte tan lleno
de gloria , que los hijo de l srael no _podian fixa r los ojos
sobre la cara de Moyses ,
a
causa de la claridad de
u
ros r o, la qual sin embargo debía pasar
y
di ~ipar
e:
Quce
evacuátur.
i
Como no se rá mas glorioso el min ister io
del
espíriru
i
En ::::../ ecto, si un ministe rio que condena es en
cierto modo glorioso , con mucha mas r azon debe e tar
lleno de gloria el ministerio que j ustifica. Escr ibia San Pa–
blo
a
un
s
recien conver tidos'
a
quienes unos fal sos her- -
manos obst in adam n te adictos al judah mo querían sujetar
a
todas las e > remonias lega les; para
sto exaltaban infi–
nitamente el m inisterio de
Moy ses,
de quien se
h3bia
ser–
vido D ios para dar la ant igua
ley;
y
envilecian el mi–
nister io
del san to
apó tol, como muy inferior al d
aguel
primer l g isJado r;
e
in pirándoles un g ra n menosprecio
del minLte rio de la nueva ley, hacian despr ecio de la
misma
ley.
El santo apó
tol
prueba por la excel ncia de
esta
ley
la d·gaidád del ministro;
y
por la comparacion
que hace d · la ley nueva con la antigua, le inspira la
estimacion, el respeto,
y
la justa idea que se debe te–
.ner de los mini tros de entrámbas. Si la .ley de J esucris-
to es tan so
perior
en san t idad, eh d ignidad,
y
en
exce–
lencia
a
la ley ant igua-,
i
quanto mas respe ta bles se án
1os ministros de Jesucristo, que los mini st ros del antiguo
Testamento? Porque un min i
terio
que da el E spírit u san–
to
y
Ja verdad l:' ra justicia,
y
que no ha de tener j amas
:fin , como es el
·¿
f
esucristo,
es
sin duda muc ho mas
glorioso que un ministe rio de servidumbre, de . condena..
cion
y
de ll) uerte .
y
cuya duracion era tan limitada, co–
mo
fué .
el de la antigua alianza;
y
si la
g lo
ia de éste
fué tan resplandeciente que llegó
a
desl umb ar
J~
vista
de los que miraban.
a
Moyses quando se p resentó en el
campo;
iqual
dehe ser el resplandor del ministerio todo
divino
de la
l ey nueva
a
los ojos de
los fieles,.?
El