DE QUARESMA.
que és la primera epístola de la misa, despues la de l saías,
que
es la segunda, con sus respectivos graduales. Des–
pues de esto se hacia
la
ceremonia de la abertu ra .
.de
las
orejas, para poner á los catecúmenos en estado de oir
el evangelio ,
y
el símbolo de la fe, en
que
se les iba
á
imponer; lo que hizo que este dia se llamara tambien el
mié rcoles de
Apertione áurium
A
la e_xposicion del evan–
gelio se seguía la entrada del símbolo, en la qual se les
proponia
á
los catecúmenos, competentes
y
destinados
al bautismo próximo , el símbolo de la fe ;
y
estas dos
ceremonias
eran
precedidcrs de otra que se les obligaba·
á
hacer, de renunciará las vanidades
y
pompas del mun–
do,
y
las sugestiones del demonio
y
de la carne. Del sím–
bolo se pasaba á la oracion dominical,
ó
Pater noster.
En
estas santas
y
sagradas ceremonias del grande . escruti–
nio se pasaba una gran parte del dia. Como no eran sino
los adultos los que se debian bautizar, se empleab:rn mu–
chos dias en las ceremonias del bautismo. Despues que la
Iglesia ha juzgado
á
propósito,
y
aun necesario , confe–
ri r el bautismo
á
los párvulos, se han acortado
y
redu–
cido
todas estas solemnidades , sin omitir , no obstante,–
ninguna de las principales ceremonias.
Cum sanctificátus fúero in vobis
,
congregábo vos de
de univérsis terris
:
&
effúndam super vus
aquam
mun–
dam.
Quando fuete santificado en medio de vosotros, os
juntaré
de
todas las partes de la tierra,
y
derramaré so–
bre vosotros una agua pura,
y
seréis purificados de to–
das vuestras manchas,
y
os daré un espíritu nuevo, que
es lo que significan las palabras siguientes :
Et
mundabí–
mini ab ómnibus inquinaméntis vestris
:
&
dabo vobis spí–
riturn novurn
Esta. profecía de Ezequiel hace el intróiLO de
la misa de este dia. Desde luego se viene
á
los ojos la
relacion que estas palabras dicen co,n el bautismo, cuyas
principales ceremonias se hacian en este día, como se
ha
dicho.
La primera epístola es un símbolo perfecto del
bau·
tismo. La tomó la Iglesia del capítulo 36 del profeta Eze–
quiel, donde promete Dios
á
su pueblo sacarlo de Ja tris–
te cautividad en que gemía, de derramar sobre él una
·agua pura,
y
purificarlo de todo lo que te manchaba
y
afea–
ba.
i
Qui1:n no ve que todo esto es una prediccion
muy
Tom. Il.
S
cla-
•