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QUARTO

MARTES.

.ranum feci in sábbato? NoUte

j udicare

secúndúm f áciem , sed

j ustum

j udfcium jttdicdte . Di–

cébant ergo quidtJm e.'ll: J ero–

.rólymis: nonne

hic

est

'

que'?"'

qucer unt interficere

?

Et ecce

p aldm lóqui1ur,

8

nihil

ei

di–

cunt.

N umquid

v ere

cogno–

v érunt

príncipes

quia hic

est

Christus

~

Sed

hunc scimus

un–

de

si f.

Christu s autem citm vé–

nerit , nemo .rcit

unde sit .

Cta–

m dbat ergo J e.rus

in

t emplo

docenr ,

8

dicens:

8

me sci–

t is

,

8

unde

sim

scit is

:

8

d

me ip .so non veni, sed

nt

v e-

1.

• '

rus

,

qui

muit

me

,

quem vos

nesciti.r. E g o .rcio

eum

;

quia

ab ipso tum

,

8

ip .re me mi–

tit~

Qucerébant ergo eum

ap_–

prehéndere

,

8

nemo misit in

iltum manus , quia nondum vé–

nerat horá ejus. De

turb.~

au- '

t em multi credidérunt in eum.

á

todo el homb re

en' <lia ,de sá–

bado ? N o que ra is juzga r por la

apa riencia, sino juzgad con jus–

ticia. Algunos , pues, de Jerusa–

len

decia n :

?.

no es éste

aquel

á

qu ien

pretenden ·

mata r?

Y

he

aqu í que

ha bla pú bl icamente, y

no le dicen nada . ¿Han conoci–

do , acaso, los

p~íncipes,

ve rd a–

dera mente, que éste es el Cris–

to ? Pero éste sabemos de dónde

es:

y

el C risto, qua ndo venga,

nadie sabrá de d ónde sea . J esus,

pues , levan ta ba la voz en el tem–

plo , enseñando

y

diciendo: me

conoceis , y

tambi en sabeis de

dó nde soy :

y

yo no vine por mí

mismo; pero el que me envió

~s

ve ra z : y

á

éste no le conoceis vo–

sotros. Yo le con<>zco , porque

yo

soy de él, y él me enviÓ'. So lici–

ta_ba n, pues, echa rle mano ,

y

nin–

guno se la_echó, porque todavía

n·o haoia llegado su ho ra. D e los

de la t Ü-rba creyéron muchos en él.

MEDITACION

Del pecado rnortal.

PUNTO PRIMERO.

Considera, que el pecado mortal es el mayor de to–

dos

los males ,

y

hablando propiamente., el solo mal que

se debe temer.

Pérdida

de bienes, de

honra,

de sal ud,

desgracias, accidentes ad

versos~

vosotros costais

hartos

suspiros

y

lágr imas: causa is hartos malOs ratos, har tas

pesadumbres : si n

embargo,

si con todas estas infelicid a–

des eres hombre de bien ,

y

estás en

estado

de gracia;

eres digno del respeto de Jos mismos ángeles , eres fe liz:

y

al

contrario , quando todo te suc.ediera

á

med i~a

de

tu

deseo~

quando

fueras

el

hombre mas

dichoso en

el mundo,

si