QUARTO
MÁRTES
beneñ ~ ios,
se olvida d el autor de ellos, se revela abier –
tamente contra ·u bienhechor ,
co~1tra
su
Dios ,
contra su
Padre;
y
llevando su impiedad hasta los ultimas excesos,
se
hace ' un becerro de oro, lo adora como
á
su Dios ,,
y
le
ofrece sacrificios.
i
De gue
azoces, de qué rayos no deb ia
echar mano el enojo de Dios, tan justamente irritado ,
pa–
ra
exterminar una· nacion tan abominable? Jamas ;meblo
alguno fué mas acreedor
á
los mas horribles castigos: nin–
gunos pecadores mas dignos de la divina venganza.
lrrí–
tase Dios , es verdad : su indignacion , su enojo se inflama
contra este pueblo infiel; pero su misericordia, su bondad
resplandecen todavía mas que
~u
indigrrncion.
Déxame,
di–
ce
á
Moyses ,
que quiero descargar sobre
ellos
todo el
peso
de mi furor.
Si
D'os
qui
iera castigar, no <liria á Moyses
qüe lo dexara obrar: obra ria, castigaria ,_exterminaría.
i
A
que fin prevenir á su siervo, sino para advertirles que
lo desarmara con sus ruegos?
Déxame.
No
se
oponía
Mby–
ses; mas Dios deseaba que se opu iese: Moyses no le
suplicaba todav ía que perdonase; mas Uios teme que Moy–
ses , indignado d ... la atrocidad del delito, no se atreva
á
suplicarle,
y
lo dexe obrar.
Dios
en
esta ocasion se porta
como un buen pad re , que siente verse precisado
á
c 1sti–
gar á un hijo cul pable, y
que
en lo
mas
fuerte de su có–
lera , desea que alguno se inter'ponga entre él
y
su hijo:
que le arranquen de las manos el azote que ha tomado
para .castigar lo: que alguna p ersona de atJtoridad interce–
ceda por el
hijo
criminal ,
para
de este modo tener pre-
. texto para perdonarle. He aquí cómo se porta Dios:
Di–
mítte me, ut irascátur furor meus.
Quiere que las súplicas
de Moyses sean c omo un brazo
podero~o
que detenga
Ja
mano de Dios, pronta
á
descargar el golpe sobre su pue–
blo : digámoslo mejor, inspira, forma en el corazon de Moy–
ses los votos y súplicas que quiere
le
envie para aplacarlo
y
desarmarlo: la misericordia de Dios combate,
por
de–
ci rlo así, contra su justicia, y detiene sus efectos. Por eso
dicen los santos padres , levan ta tanto
la
voz el Señor,
y
hace tanto ruido quando quiere castigar: hace decir
por
el
profeta , que
vibra
su arco,
que
aguza
sus
saetas, que
se
enciende
su
furor,
que vá
á
prorumpír
y
estall ar. No se quie–
re hacer mucbo mal quando se hace tanto
ruido. Déxame,
parece dice Dios
á
la Vírgen
santfaima,
protectora
y
ref~-
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