DE
QUAI~ESMA.
JACULATORIAS
PARA ENTRE EL
DIA•
.Amplius lava me ab iniquitáte mea,
&
d peccáto meo mun–
da
m~.
Salm. 50.
Borrad, Señor,
mis
maldades,
y
si fuese tan dichoso
que
esté ya purificado, lavadme
y
limpiadme toda
vía
mas.
Quomodo possum hoc malum
fác~re,
&
peccdre in Dómi–
num meum
~Gen.
39.
i
Será posible, Dios mio, que pase yo jamas
á
cometer
un tan
grande mal como el
ofenderos~
PRO POS I TO S.
Huye del pecado como de un dragon,
dice el Sabio ,
por~
que si te acercas
á
el, te morderá.
De
hoy en adelan–
te no tengas horror sino al pecado. Las enfermedades,
la
pérdida de los bienes '· las adversidades , y todas
las
demas molestias de la vida, merecen poco el nombre de
mal , pues todo esto puede ser útil. Nada desees , nada
emprendas sin este
s~ludable
temor.
Haz
muchas veces
al dia , á
lo ménos todas las mañanas , esta bella ora–
cion de
la
Iglesia:
Dómine Deus omnípotens, qui ad prin–
cipium hujus diéi nos perveníre fecfsti
:
tua nos hódie sal–
va virtúte, ut in hac die ad nullum declinemus peccátum,
sed semper ad tuam justítiam
f
aciéndam nostra procédant
elóquia, dirigántur cogitationes,
&
ópera. Per Ddminum
nostrurn Jesum
Christum.
Señor Dios omnipotente, sálva–
me hoy por tu
grac.iapara que no cometa ningun pe–
cado, sino que todos mis pensamientos , palabras
y
obras
se dirijan á cumplir tus preceptos
y
tu voluntad. Por nues- -
tro Señor Jesucristo.
No basta tener horror
al
pecado , es menester tam–
bien procurar inspirar este horror
á
todos los que están
baxo nuestra conducta. La mayor parte de los hijos se–
rian tan santos como San Luis , si todos los padres fue–
ran
tan religiosos como la reyna doña Blanca. No se pa–
saba dia en que no di_xera muchas veces al jóven rey:
· hijo mio, mi.;cho te amo: sin embargo, mas quisie,ra ver–
te muerto, que saber que babias de , cometer
un
solo pe–
cado mortal en toda tu vida. Apr9véchate de esta ins–
truc-