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:;~··DE
QUARESMA.
11
~
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sábado, parece
'qtie
el
Salvador
queria· preparar
el
espf.:. .
ritu de
sus
~póstoles
por
este
preámbólo para
el
,milagro
que
queria
·hacer; co·mo si hubiera dicbo : aunque hoy es
.· sábado,
y
preveo
que
mis enemigos
se escandalizarán de
lo que
voy
á:
ha~cer,
sin embargo, no ·
debo
d ilata r
el
da r
· vista'
á
es~e
ciego
1,
1
porque ·mi Padre será
glorificado,
y
este milagro servirá- pára · adelantar
íni obra.
Dicho
esto,
escupió en tierra, hizo Jodo con la sali va , con el qual
flotó
los
ojos del
ciego: remeµio naturalmente mas
pro.. ·
P.ÍO·
para 'hacer
ciegos ,
que
para curados, dicen los
pa–
dres.
.Sol~
el que
i>Udo
fo'rmar
el
hombre
de un poco
de
barro,
pti~de
hacer ser.vir·
el
barro
,para
la.
curacion
di!
un
ciego
de
nacimieqto..
Luego
que J e.sus_ le
dió
con
el
1od'o
en
los
ojos.,
'le
di.xo:
ye á
los baños de' Siloe,
y
lá-·
vare
allí. Estos
bañoiS
éran
de:
las ·
a.g·uas
·de
una fu e
a.teque
corria por- la
falda del monte Sion ·al
,p
1
le de
los
muros
de ·Jerusalen. Como el'
nornqre de Siloe
significa enviado,
' que es uno de los nombres que da la
Esctítura
al Mesías, .
no
fué
sin
miste~io
.el enviar el Salvador al ciego á · esta
fuente. Quería enseñar
q11e
él era el
que
nos reengendra
en las aguas saludables
del
bautis.mo~
y·
el qtie con su g a–
cia cura nuestra ceguedad espiritual. El
Salvador
no te.–
~ia
necesidad
ni
de
aquel
lodo, ·ni
de las
aguas
de la
fu
en–
te
de
Siloe para dar
vista
al ciego: se
sirve , no obst an–
te de estas señales visibles ,
de
estas
ceremonias
ex te–
riores para preparar los espídtus
á
la iustitudbn de
Jos
sacramentos, de los quales eran
figuras e'stas
cesas
sen$,i–
bles. ;La fuente de Siloe,
dicen
San lreneo
y
San Crisós–
tomo, era un símbolo
del
bautísmo. Los
turcos
.aun hoy
tienen ·en veneracion la fuente
de
Si loe ,
y
creen que sus
- aguas tieoen
virtud
de curar, .ó
á
lo ménos de
aliviar
los
males de ójos. Obedeció el ciego, lavóse,
y
volvió con
vista.
·un
milagro tan
estup~ndo
di6 gran
golp~
al
pue–
blo , el qual no
obstllnte
no
penetró
el misterio. Los que
se mostráron desde luego mas atónitos, fuéron los veci–
nos
y
los parientes del ciego. Por mas
que
tenian
á
la
vista el suceso, se les hacia. iacreible. Era la maraviila
mas extraordinaria , que muchos casi
querian
dudar que
· el curado
fues~
el ciego de nacimiento; sin embargo, era
conocido de todos. mucho t iempo babia ·'
para
que
no se
pudiese ni aun pensar que fuese otro. El mismo no se
om.
11.
S 3
es-