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AÑO CHRISTIANO.
el Espíritu santo de San Juan Bautista, y se puede deci r
de todos los <lemas Santo . Pero qué grandeza puede re–
presen tar
a
los ojo mundanos un hombre sepultado en
un
dt:sinto,
sin
bienes
y
in empleos? Te engañas, será san–
to, y por lo mismo
s
rá grande:
E'rit magnus.
No nos
imaginemos que mide Dios
la
grandeza por la regla
de
nue, tros entidos, ni por el sistema que se forma el es–
pírilu ¿el mundo Quántos Santos naciéron de familia obs–
cura, plebeyd , pobre, humilde, y pasáron la vida humilla–
dos, abatidos ,
y
olvidados?
~in
embargo, fuéron grandes,
porque fuéron santos: y los mismos grandes del mundo,
los prudent s
d
l siglo rinden hoy homenage
a
su
pru–
dencia y
a
su grandeza verdadera.
y
él
no tratan
de
sim–
pleza aquella cbservancia de las cosas mas mem1das , aque–
lla exactitud en sus pequeñas devociones' aquella circuns–
peccion , aquella puntualidad , aquella delicadeza de con–
ciencia.
Haced, Señor, que desde luego forme aquel concep-–
to de la santidad que he de formar en la hora de la muer–
te: aquel que formais vos, ó sabiduría increada, y aquel
propio que yo mismo he de forníar por toda la eterni–
dad. Pero
ya.
que me
dais
estos pensamientos, dignáos,
Señor, darme gracia
para
que sean eficaces. Confiado úni–
camente en esta gracia,
y
en en la séria voluntad que
teneis, mi Dios, de que sea santo, propongo desde
~oy
trabajar en mi santificacion
con toda
mi alma, con toda
mi aplicacion,
y
con todas mis fuerzas posibles.
_
J
A C U L A T O R I
A
S.
Justificationes tuas custódiam , non me derellnquas usque–
quaque.
Salm.
u8.
Resuelto
estoy ,
Señor,
a
guardar inviolablemente tu
santa ley toda mi vida: ayuda mi flaqueza,
y no me desampares.
In rnandátis t ids exercebor
;
&
considerábo vias tuas.
Salm.
118
1
Meditaré
sin
cesar tus m-andamientos ,
y
me exercitaré
en los caminos
que guian
a
ti.
PRO-