NOVIEMBRE~
DIA" III.
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firmarlos en su supersticion,
y
de hacer mas visibles
nues.tra,debilidad
y
su fortaleza.
La
sangre que derraman pare.ce
que tiene hechizos para multi¡;>licar el número
de
chris-,
tianos
y
aumentar su constancia.
No
solamente .Jos varo -
nes robustos, sino las tiernas y delicadas doncellas miran•
con ojos serenos dilacerar sus carnes ,
y
cortar sus cue–
llos con la espada. Debemos ya estar persuadidos
a
que
son débiles con esta casta de gentes todos los esfuerzo$
ordinarios. Yo he pensado un medio , por el qual po–
dremos conseguir la universal exterminacion de estos ene-,
migas de nuestros dioses, y el completo servicio de nues- · ..
tros príncipes; pero en este negocio, como en todos los de
grande importancia,
es
el agente principal el secreto, que
confio guardareis come> devotos
~e
los dioses
y
como roma....,
nos. Vosotros mismos conoceis que en esta ciudad se coptiene
una multitud innumerable de christianos,
a
la qual sería im- .
posible
vencer acometiéndolos uno
a
uno , porque fortale·
cida su alma con
no
sé qué lisonjeras ideas de otra vida, .
desprecian los tormentos '
y
nos desprecian
a
nosotros.
El
honor de nuestros dioses, lo sagrado de sus templos,
y
lo religioso _de sus ceremonias, es para ellos burla
y
es- .
carnio,
y
no podemos negar, que el verles perder la vida
con tanta serenidad
y
alegría, nos estremece
a
nosotros
mismos,
y
nos hace concebir una fuerza
~uperior
en sus
opiniones. Por tanto, he pensado que todos mueran de una
vez , y
para que ninguno quede oculto , saldrán pregone–
ros por la ciudad publicando una sentencia capciosa, que
teniendo parte de castigo
y
parte de condescendencia, llegue·
finalmente
a
ser creida. Publicaráse, pues, que
a
todos los
chrístianos
libres
ó
esclavos, de qualquiera cqndicion, se–
xo
ó
edad que sean, se les concede ámplia licencia para
que
salgan de esta ciudad ,
y
establezcan su domicilio en ·
donde fuere su voluntad; con condicion., de que en este1
recinto no haya de quedar ninguno que adore
a
Jesu-Chris–
to. Este decreto será recibido por ellos con los brazos
abiertos ! se les ob!igará
a
salir por determinadas puer7"
tas,
y a
determinada hora. Entónces vosotros,
ó
soldados, .
estareis bien prevenidos de armas en lugares ocultos,
y
quando tengais
a
vuestra discrecion aquella multitud iner- .
me , saldreis de la celada , y les acometereis
~on
de- .
nuedo, matando
indistintamente, de manera que no
.que• .
de