AÑO
CHRISTTANO.
purificadas , merezcan aumentar la corte del cordero.
No hay siquiera una de aquellas santas a lmas que no sea
amada de
Jesu~Christo;
y
por consiguiente, que no sea
acreedora
a
nuestro respeto
y
nuestra veneracion , aun–
que de presente solo nos pidan nuestras oraciones. Son
otros tantos Josefes , que ahora g imen aprisionadas en
una
tenebrosa cárcel ; pero infaliblemente han de ser ex–
traidas de ella para ser colocadas en el trono. Ahora
nos piden que nos acordemos de ellas ,
y
ellas no de–
xarán de acordarse de nosotros quando las llegue su tur–
no , quando se vean en la gloria , y quando nosotros
nos hallemos en las mayores necesidades. Son nuestros
amigos, .nuestros pari•entes
y
nuestros hermanos que
es–
tán en extrema necesidad de nuestros socorros. Es aquel
padre por quien derramamos
tant.aslágrimas , aquella
madre que nos amó tan t.iernamente. Quando muriéron
los lloramos sin consuelo; hoy solo nos piden algunas ora –
ciones. Ellos nos dexáron todos sus bienes; será
muc~o
pedir que los socorramos con algunas misas, con algu–
nas obras de misericordia , con algunos sufragios? Trae
a
h
memoria aquel tierno amor,
aquellas
cariñosas
án–
sias de que te diéron tantas pruebas tu padre, tu ma–
dre, tus hermanos y hermanas. Quántos sustos nos diste
quando aquella
enfermedad~
aquel accidente
te
puso en
algun p t>ligro? Con
qué
desvelo , con qué solicitud no
procuraban todo lo qoe podía interesar tu salud , tus
conveniencias,
y
hasta tus mismos gustos
y
diversiones~
Pues qué , sera posib,le que -no te · mueva
a
cornpasion
el lastimoso ·esta_do en que se
halla~n
aquellos tus ·amigos,
aquellos tus deudos? Tendrás valor para negarlos' algu-–
nos movimientos de ternura
y
de
compasion
~
Los re–
gatearás
un
socorro que
íos
puedes dar con tanta
faci–
lidad.? Quanto mas justo es este reconocimiento, mas es–
candalosa ;mas
1
vergonzosa es tu insensibilidad, tu ingra-
--titud
y
tu dureza.
Es
cierto que no ves con los ojos cor–
porales lo que están padeciendo aquellas benditas al–
mas ; pero padecerán ménos , serán ménos dignas
de
lás–
tima porque tú no las. veas? Dime, si supieras que
a
tu
hijo
o a
tú padre le habiari hecho esclavo en algun pais
extrangero,
no
te moverías, no darías muchos pasos pa–
ra aliviarle ,
para
ponerle
en libertad
~
Ea este
caso es-
tán