AÑO
CHRISTJANO.
ciencia. Tenia Ma1 achías una hermana, que no conociendo
el
valor de una obra de misericordia tan he iók a, consue–
lo de los hombres,
y
admiracion de los án geles, la pare–
ció que con ella afrentaba su familia;
y
un día
le trató de
siemple, diciéndole colérica, que
debía dexar d los muer–
tos enterrar d los muertos
,
abusando de las palabras del
evangelio para fome ntar su vanidad ; pero el siervo de
Dios
no
hi zo
caso de ella : dexóla hablar ,
y
prosiguió en
sus buenas obras. La dignidad con que Malachfa s desem–
peñaba las obligaciones del diaconato, era el mayor pa–
negírico de su mérito
1
y
como una voz que estaba pi –
diendo
a
gritos el sacerdocio. Todos hallaban en él aque–
lla
eminente vi r tud y aquellos grandes ta lentos que deben
caracterizar
a
los sagrados minis tros del altar ; sol o
M a–
lachias se consideraba indigno del sagrado ministerio,
y
fué
menester toda la autoridad de su obispo ,
y
toda
la veneracion que profesaba
a
los dictámenes de su
di–
rector el bienaventurado lmar
ó
Imacio para rendirse
a
recibir el órden sacerdotal. Fué presbítero
a
los veinte
y
cinco años de su edad, dispensándose con él , en atencion
al concepto de su eminente virtud
y
extraordinarios talen–
tos, en la costumbre de aquel tiempo de no conferir el sa–
cerdocio hasta haber entrado en los t reinta.
Luego que Malachias recibió la imposicion de las ma
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nos, le encargó el obispo el cuidado de repartir- al pue–
blo la palabra de Dios;
y
el nuevo predicador, poderoso
en obras y en palabras, hizo en poco
tie~po
tanto fruto,
que mudó de semblante toda la diócesi. Desarray'g6 del
pueblo muchos vicios que parecía aspiraban
a
la
pres–
cripcion: corrigió innumerables abusos que presumian
ya .
de legítima costumbre: restituyó la disciplina
a
su anti–
guo vigor,
y
con la pureza de costumbres restauró la
fe
en todo el obispado. Era eloqüente,
y
predicaba con zelo
y con visible mocion ; pero lo que mas contribuía
a
las.
conversiones, eran sus exemplos. Veían todos en el
al-.
tar
i
un serafin , en la conversacion
a
un Santo, y en el
púlpito
a
un Apóstol. Solo por motivo de caridad se dexa–
ba ver en páblico: por lo demas toda su ocupacion parti–
cular era el estudio en la ciencia de los Santos. Acompa–
Daban todas sus acciones y palabras la dulzura, Ja manse–
dumbre, la mortificacion
y
la hul,llildad;
y
cedian
todos
los