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EL LIBRO DEL ECLESIAST ICO.
22
Si autem oberraveri t, de–
relinque t eum , et tradet eum
in manus inimici
sui.
23
Fili, conserva t ernpus, et
devi ta a ma lo.
.24
Pr
o anima tua ne con–
fundaris d
ice.rev e r uin .
2 5
Es
t enimc~fusio
add u–
cens _Ekccaturn , et es t eonfusio
adducens gloriam e t gratiam.
26
N e accipias faciem ad–
versu s faciem tuam, nee adver–
~us
animam tuam mendacium.
27
Ne reverea ris prox imom
tuum in casu suo :
28
N ee retineas verbum in
tern pore salut is . N on abscondas
sapientiam tuam i n decore suo.
29
In lingua enim sapient i.a
di g noscit ur : et sensus et scie n:–
tia , et tloCl: r ina in verbo sen...:
s at i , et firmamentum in operi–
bl:1s
iu s t~t iae.
t orcid os ; si no que vendra a buscarle d e–
rechamen te , para conducirlo p o r caminos
·2menos
y
d cleytosos : le ll enari d e gozo
con su p resencia : le d escubriri sus secre–
tos , como se hace con aque llos cuya
fi.–
delidad ha estado a prueba mucho tiempo :
y
d eposi t ara en su corazon un in es ti ma–
ble t hesoro de intelige ncia y de justic ia.
1:
Si abandon are el camino d erecho d e
la
just icia.
•
s
El G riego
7t''TWO'€W5
av-rov
'
d e
S t/.
caida ,
d e su ruina : le d exari ir
a
su rui–
na, o a donde le arreb at a su pecadJmSrt r–
que cometido Qn pecado , se ab re
a–
n a e l cam ino p ara o tros '
y
po r u ltimo
p ara una e te rn a ruin a.
3
El efeCl:o de una virtud prob ada es
sab er discerni r lo que Dios p ide de noso–
t ros en c ada tiempo.
4
Para sa·lvar tu vida: o t ambien, p a–
ra guardar tu alma d e pecado .
5
Como es la que nos obl iga
a
hacer
m as ca ode los hombres q ue d e Dios:l a quc
trae gloria
y
gracia ,
ei
la q uc
.nos
hace
22
M as si se extraviare',
des–
ampararleha ,
y
entregarleha en
manos de
su
enemigo
2 •
23
Hijo , observa el tiempo
3 ,
y
evita el mal.
24
Por tu anima
4
note aver–
gilences de decir v erdad.
25
Porque h a y vergilenza que
trae pecado
s
,
y
hay vergilenza
que trae gloria y gracia.
26
No tengas respeto a per–
sona
6
en perjuicio tuyo, ni mien–
tas en d a fio de tu anima.
27
No respetes a tu pr6ximo
en su caida
1
:
28
Ni retengas la palabra en
tiempo de salud
8 •
No encubras tu
sabidurfa en su hermosura
9.
29
Porque en la. lengua se eo–
noce la sabiduda:
y
la prudencia
y la ciencia y
la doCl:rina en el
dicho del cuerdo , y la fi rmeza
consiste en las obras d e j usticia '
0
•
atropella r con tod6s los
~espetos
del mun.
d o , p o r sa lv ar la religio n
y
la p iedad .
6
A
p ersona a lgu na de es te rnundo
por g rande
y
p ode rosa qu e sea , si con
p e rjui cio d e
tu
al ma q uie re obli garte· a
d ecir o ap ad ri nar
l a me ntira , o ca llar
l a verdad qu ando es n ecesario d ecirl a.
7
Un fa lso t emor o respeto no te im–
pida adverti r
y
corregir a tu pr6ximo
- q uando le vieres
~aer
en algun p ecado .
0
t ambien : el respeto que tien es . a algu–
u a p ersona , no te mueva , -si la vie re s cae.r
e n pecado, a seguir
SU
exemplo.
8
Es to es , quando la p alabra
y
c;or–
recc ion pueda ser saludable a tu pr6ximo.·
9
Quando conviene habl ar p ar a glo-r
r ia de Dio5
y
edifi.cacion del p r6xim o .
1
°
C omo si dixera : L a
per~a a s ion
y·
la
prueb a me jo r ,
y
m as s6 lid a de sab id u–
rfa
y
d e d ochina , n c> es aqu e lla que con–
siste e n las p alab 1·as; sino la que es t i fun–
d ad a en las ob ras d e justicia , en que se
cxerci t a el mismo que ense fi a a o tros l a
verdade ra justicia .
E~ t~
prneba
nu nc;a
fa lta .
•