CAPITULO
XVII.
9I
titud de gente, que el Sefíor sal
V<J
no con espada ni con lanza ' ; por–
que él es el árbitro de la guerra, y
él os pondrá en nuestras lnanos.
clesia haec, quía non in gladio
nec in hásta salvat Dominus:
ipsius enim est bellum , et tradet
vos in manus nostras.
48 Cum ergo surrexisset
Phi–
listhaeus , et veniret , et appro–
pinquaret contra David , festi–
navit David,, et cucurrit ad pug–
nam ex adverso Philisthaei.
·
49 Et misit manum suam
in
peram, tulitque unum lapidem,
et funda iecit , et circumducens
percussit Philisthaeum in fron–
te : et infixus est lapis in fronte
eius , et cecidit in faciem suam
super terram.
,
50 Praevaluitque • David ad–
versum Philisthaeum in funda
et lapide , percussumque Phili–
sthaeum interfecit. Cumque gla–
dium non haberet in manu David,
51
Cucurrit , et stetit super
Philisthaeum , et tulit
g~adil!lm
eius , et eduxit eum de vagina
sua , et interfecit euro , praeci–
ditque caput eius. Videntes au–
tem Philisthiim quod mortuus
esset fortissimus eorum ,
fug~
runt.
.-
52 Et consurgentes viri Is–
rael et luda vociferati sunt , et
persecuti sunt Philisthaeos us–
que duro venirent in vallem , et
usql'le ad portas Accaron : ceci–
deruntque vulnerati de Phili-
1
No necesita el Señor de espada ni
de lanza para dar la viél:oria a quien quie.,.
ra, como árbitro que es de la guerra.
•
Parece insinuarse en el texto que le
estaba esperando sentado hasta que estuvo
inmediato ; costumbre que se observaba
antiguamente en algunas Naciones.
a
Eccli. xz.vzz.
4·
z.
Machab. zv.
JO.
Tom.III.
48 ' Y como el Philisthéo se
levantase ", viniendo, y
acercán~
dose hácia David , se apresuró
David , y corrió al combate há–
cia el Philisthéo.
49 Y metió su mano en el zur–
ron, y sacó una piedra, la que ar-
9r~'"1a
hon
,
abiéndole
dado vuelta
3
hirió al Philisthéo
en la frente : y la piedra quedó
hincaoo en su frente
4,
y
cayó ten–
dido en tierra sobre su rosto.
50 Y venció David al Phi–
listhéo con la honda
s
y con
la piedra , e hiriólo y matólo.
Y como David no tuviese es–
pada a mano,
51 Corrid, y echóse sobre el
Pb.iHsthéo , y quitóle la espada,
y sacóla de la bayna , y le aca–
bó de matar , y cortóle la cabe–
za. Mas los Philisthéos viendo
muerto al mas valiente de sus
guerreros , volvieron las espal–
das.
52 Yla gente de Israél y de
J
u–
dá echáronse sobre ellos con gran–
de gritería , y los fueron acuchi–
llando hasta llegar al valle, y has·
ta las puertas de Acarón:
y
caye–
ron muchos ya heridos de los Phi·
' MS. 3·
E fonde6.
• MS. 7·
E la engaston6.
MS. A.
E
meti6gcla por los tiestos admtro fasta
que pas6 los meollos.
s
Sin otras armas que una honda
y
una piedra. No se halla este verso
en
el
Griego de los
Lxx.
de la edicion Romana.