LIBRO QUARTO DE LOS REYES.
C A P 1 T U L O X 1X.
Oídas las hlasphemias de Rabs.aces
,
Ezequfas e /salas rogaron al Se–
tior que los librase.
r
un Angel del Señor quita la vida a ciento
ochenta y cinco mil Assyrios
:
huye Set1aquerlb
,
JI es muerto por sus
hijos en un templo de sus ídolos.
1
Ouae cuma audisset Eze–
chias Rex, scilrlit vestimenta sua,
et opertus &1\t sacco , ingressus–
que est domum Domini.
2
Et misit Eliacim praepo–
situm domus, et Sobnam scri–
bam , et senes de Sacerdotibus
opertos saccis , ad Isa'iam J.>ro–
phetam filium Amos.
3 Qui dixerunt : Haec dicit
Ezechias : Dies tribulationis et
increpationis
et blasphemiae,
dies iste: venerun,t filíi usque ad
partum, et vires non habet par–
turiens.
4 Si forte a-udiat Dominus
Deus tuus universa verba Rab–
sacis, quem misit Rex Assyrio-
. rum dominus suus ut exprobra–
ret Deum viventem , et argue–
ret verbis quae audivit Domi–
nus Deus tuus : et fac orationem
pro reliquiis quae repertae sunt.
5 Ven.runt ergo serví Re-
r
~o
qual quando oyó el
Rey Ezequías, rasgó sus vestidu–
ras,
y
cubrióse de un saco, y se
entró en la casa del Señor.
2
Y envió a Eliacím su Ma–
yordomo , y a Sobna Secretario,
y a los Ancianos de los Sacerdo–
tes cubiertos de sacos, a Isaías '
Propheta hijo de Amós
~.
3 Que le dixeron : Esto dice
Ezequías : Este dia es un día de
tribulacion
y
de amenaza y de
' blasphemia; los hijos han llegado
hasta el punto de nacer, mas laque
va de parto está sin fuerzas
3 •
4 Si por ventura quisiereoirel
Señor t1,1 Dios todas las palabras de
Rabsaces, a quien envió el Rey de
los Assyrios su señor para vitupe–
rar al Dios vivit!nte, y denostarle
con las palabras que el Señor tu
Diqs ha oido; haz pues oracion por
estos pocos que han quedado
4 •
5 Fueron pues los siervos del
~.-........,;
• Del Propheta I saías, que vivia en
este tiempo, hablaremos en su respeélivo
lugar.
•
En
Hebréo
se
escribe
Amóz.
3
Modo proverbial con que explica la
afiiccion
~
angustias en que se hallaban
los Judíos , comparándolas con los dolo–
res
y
trabajo de una muger que está de
parto ; a la qual si en aquel punt&-le fal–
t.anlas fuerzas , perece ella
y
el fruto de
tl
l sniite
XXXVI I .
I.
su vientre. Se hallaban penetrados de ar–
dor y de zelo para vengar las injurias he–
chas a Dios; pero les ·f.,ltaba el pode1·
y
la fuerza para combatir contra la formida·
ble
multitud de aquellos blasphcmos.
4
Por el resto del Pueblo del Señor
que ha quedado en la posesion de la Ciu–
dad santa y de la tierra de sus pddres ,
y
que goza aun de su antigua
libert~d
; pues
la
mayor parte ha sido llevada cautiva.