CAPITULO XV-III.
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22
Quod. si dixeritis
rnihi:
In Domino Deo nostro habemus
fiduciam ¿ nonne iste est , cuius
abstulit Ez.echias excelsa et al–
taria : et praecepit ludae et le.;
rusalern : Ante Altare hoc ado–
rabitis in Ierusalem?
23 ·
Nunc igitur transite ad
dominum meum Regem Assy–
riorum , et dabo vobis duo millia
equorum, et videte an habere
valeatis ascensores eorum.
<
24
¿Et quomodo potestis re–
sistere ante unum Satrapam de
servís domini mei minimis? ¿ An
fiduciam
habes
in AEgypto
propter currus et equites?
25
¿Numquid sine Domini.
voluntate
ascendí
ad
locum
istum ut. demolirer eum? Do–
minus dixit
mihi
:
Ascende ad
terram hanc , et demolire eam.
26
Dixerunt autem Eliacim
filius Helciae , et Sobna et loa–
he Rabsaci: Precamur ut oqua-
a
1
En el que es solo verdadero Dios.
De este solo Altar. No faltarian al–
gunos ea el Pueblo que habian mostrado
peoa
1
al ver que se demolian los lugares¡
alros : y Rabsaces tal vez intentaba per–
suadir a estos que no diesen crédito a Eze·
quías
1
quando les dixese que confiasen
en aquel Señor cuyos airares habia der–
ribado. Los l4el Pueblo le podian oir, por–
que este a la novedad habia acudido de
tropel al muro
1
v.
26.
1
Salid contra el R ey de losAssyrios,
que yo os daré dos mil caballos ;
y
ved
si hay entre vosotros otros tantos que los
puedan montar. Corno si dixera : Si os
veis reducidos a tan corto número
1
¿ por
qué osais resistir a un Rey
y
exército tan
poderoso? Este sentido se confirma con lo
que se dice en el verso inmediato. El He–
bréo:
Y ahora da rehenu
1
te ruego, a mi
señor
el
Rey de AssJria
,
y
te daré dos
Tom. III.
2 2
Y
si me dixereis : En el Se–
ñor Dios nuestro ' tenemos con- ·
fianz.a : ¿no es ese el mismo , cu- •
yos altos y altares ha quitado
Ez.equías ; y ha mandado a J u–
dá y a Jerusalem: Delante de es–
te Altar
2
adorareis en J erusalem?
23
Ahora
pues
pasad
al
Rey
3
de los Assyrios mi señor,
y os daré dos mij caballos ,
y
ved si podeis tener
~inetes
para
ellos.
24
¿Y
cómo podreis hacer fren–
te
a
uno de los menores Oficiales
que sirven a mi señor? ¿Estás
acaso confiado en Egypto por los '
carros. y la gente de a caballo?
25
¿Puesquéhevenidoyopor
otro.que por la voluntad del Se–
ñor a este lugar para destruirlo'?
El Señor me dixo : Pasa a esa tier–
ra, y destrúyela
+,
·
26
Mas Ellacím hijo de El–
cjas , y Sobna y J oahé respondie–
ron
a
Rab&aces:
Te
rogamos que
mil cabllllos
,
si
pzulieru darle
quimu
monten sobre ellos.
Esto es, entregaos a
mi señor
1
ajustaos con él , y os dará dqs'
mil caballos , con tal que encontreis en–
tre vosotros otros tantos que los monten.
Esto jo decía porquJ: sabia
~ue
eran q¡uy
raros los caballos entre losHebréos. Otros
trasladan la palabra Hebréa
::I~Y.J¿;:t
hith–
nghárebh
1
apuesta conmigo
que si te doy
dos mil caballos
1
no tienes quien pueda
montarlos ; ¿pues en qué coufias ? Este
sentido es m
u
y conforme al primero que
segun el texto de la Vulgata hemos dado.
4
Co1ho si dixera : No pue¡)les fiar en
tus fuerzas , ni en las de otros , solo
té
queda el socorro ,del Señor ;
y
este tam–
bi¡:n te falta , porque me ha enviado acá
para destruir esta tierra.
Y
así no te que–
da otro recurso que entregarte á discre–
cion a mi señor. Rabsaces decia est¡¡
ea~
greido con J.¡s viél:orias de Senaqueríb,
Yyy
,