CAPITULO XVIII.
CAPITULO
XVIII.
Ezequfa s 1·estabiece el culto puro del Señor. Pence a los Iduméos t·e–
beldes. S enaquerfb poile sitio a J erusalem: amenazas de Rabsaces Ge–
mrat
de su exército contra los sitiado.s.
r
Ánno - tertio Osee filii
Ela Regís Israel , regnavit Eze–
ch ias filiu s Achaz Regís luda.
2
V iginti quinque annorum
erat cum regnare coepisset: et
v iginti novem annis regnavit in
Ierusalem : nomen matris eius
Abi filia Zachariae.
3
Fecitque quod
erat bo–
num coram Domino , iuxta om–
nia quae fecerat David pater
eiu"s.
4
Ipse dissipavit excelsa, el:
contrivit statuas , et
suecidi
lucos , confregitque serpente!rl
aeneum quem fecerat Moyses 6•
.siqu idem usque ad illud tem us
;filii
Israel adolebant ei
incen~
1
Tres años en compañía de su padré
•Acáz ,
·y
veinte
y
seis despucs de su
muerte.
.
• V éase
el11.
de los Paralip.xxvur.
27. y
XXI X.
J.
z...
3
MS.
3·
L as estancias.
No sola–
mente destruyó los altos que estaban con–
sagrados a los idólos , sino tambien aqu9
llos en que se ofrecían sacrificios al Dios
verdadero , que por la dureza del Pueblo
habían sido tolerados hasta ·entónces.
4
MS.
8.
A censaban a ella.
De aquí
se ve que no estaba absolutamente pro–
hibido a los I sraelitas tener imágenes
y
figuras , sino solamente el abuso de est:rs
imágenes. Moysés por orden de Dios ha–
bía hecho esta serpiente de bronce,
Num.
x xr.9·
y permaneció de.spues mucho tiem-
r
E1
año tercero de Osee
hi–
jo de Ela Rey de Israél , reynó E–
zequías hijo de Acáz Rey de J udá.
2
Veinte y croco años tenia
quando comenzó a
~yna r;
y vein–
te y nueve años reynó' en Jeru–
salem: el nombre de su madre era
Abí hija de Zacarías.
3
E hizo lo que era bueno
<t
delante del Señot , conforme en
todo a lo que babia hecho David
su p¡¡.dre.
4 Este destruyó los
al~os,
y
quebró 1as estát
uas -3 , y taló los
basques , e hizo
pedall.Osla
ser–
piente de bronc
e que habla he–
cho Moysés ; porque hasta aquel
tiempo le quemaban incienso
+
po en medio del Pueblo para que se acor–
dasen del gran milagro que Dios habia he·
cho por su medio en otro tiempo; y pa–
ra que los Judíos fieles tuviesen una viva
imágen del verdadero Salvador de todo
el
universo. Mas despues
'9'-JC
estos mismos
I sraelitas se abandonaron a la impiedad,
y
comenzaron a ofrecer incienso a
e~ta
ser–
piente como si fuera un Dios ; era muy
justo que se quitase semejante escándalo
de la vista de un Pueblo tan p ropenso
a
la idolatría. Y así fué muy loable esra ac–
cion de Ezequías, el qua! la hizo pedazos,
y quiso que entendiesen todos por
el
nombre Nohestán o
drag01"de cobre
que
le dió , que no era sino un metal despre–
ciable , ind igno .de las adoraciones de los·
hombres , que solo deben tributarsea Dios.
a
I I .
Para/ip.
X XV/11.
27.
et
XXIX.
l.
z.... b Numer.
XX).
9·