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LIBRO
QUARTO DE LOS REYES.
m1m
vestri , et euro ponite su–
per
soliu~
patris sui , et pugna–
te pro domo domini vestri.
4
Timuerunt illi vehemen–
ter , et dixerunt : Ecce duo
Regcs non pptuerunt stare co–
. raro eo ; ¿et quomodo nos vale–
bimus resiste re?
5
Miserunt ergo
praeposi-
. ti domus , et praefeél:i Civita–
tis , et
mai~res
natu et nutri–
tii ad lehB
, dicentes :· Serví
tui sumus, quaecumque
iusse–
ri¡5 faciemus , nec constituemus
riobis Regem: quaecumque tibi
placent fac.
6
Resctipsit autem eis
lit–
teras secundo , dicens : Si mei
estis , et' obeditis mihi , tollite
capita
filiorum domini vestd,
et
venite ad me hac eadem ho–
ra
c~as
in
e:z¡rahel. Porro fili1
R,egis , se tuMinta
iri , apud
optimates Civitatis nubrieban–
tur.
· 7 Cum ue
enissent
Iitte–
rae ad eos , tulerunt
líos Re–
gis , et occiderunt septuaginta
viros , et posuerunt capita eorum
in cophinis , et miserunt
ad
eum in lezrahel.
8 Venit autem nunciús , et
indicavit 'ei, dicens: Attulerunt
capita :filiorum Regís. Qui res–
pondit : Ponite ea ad duos acer–
vos iuxta introitum portae usque
mane.
9 Cumque diluxisset egres-
hijos de vuestro señor, y alzadle
sobre
el
throno de su padre, y pe–
lead por la casa de vuestro señor.
4 Ellos entraron en grande
temor, y dixeron:
No
pudieron
dos Reyes hacerle frente ; ¿pues
cómo podremos resistirle noso–
tros?
5
Enviaron pues los Mayor–
domos de Palacio, y los que go–
bernaban la Ciudad , y los Ancia–
nos
y
los ayos a decir a Jehú: Va–
sallos tuyos somos, haremos todo.
lo que mandares, y no pondremos
R~y
sobre nosotros : haz todo lo
que bien te pareciere.
6
Mas
él
les volvió a escribir
segunda carta, diciendo: Si sois
mios, y me obedeceis, tomad las
cabezas de los hijos de vuestro se–
ñor,
J
venid a verme mañana a es–
ta misma hora a Jezrahél. Y los
hijos del Rey, en número de se–
tenta, se criaban en las casas de
los Magnates de la Ciudad.
7
Y
luego que llegó a ellos
la carta , tomaron los setenta
hijos del
Rey~
y los mataron,
y pusieron sus cabezas en unos
cestos, y se las enviaron a Jez–
rahél.
8 Llegó pues el mensagero •,
y dióle el aviso , diciendo : Han
traído las cabezas de los hijos del
Rey. Y él respoodió : Ponedlas
en dos montones a la entrada de
la puerta hasta la mañana
2 •
9 Y luego que amaneció salió
~~
1
El que había llevado la carta.
• Habiendo llegado de noche , en–
contraron cerrada la puerta de la Ciudad.
-Hicieron dar aviso a J ehú, que estaban
allí los que traían las cabezas
d~
los se–
tenra hijos de A,cáb :
y
él dió órden que
no les abriesen la puerta, sino que
á
b
misma. entrada pusiesen las cabezas en dos .
Jllontones,
y
esperasen hasta la mañana;;
para que a vista de aque
1
horrible espec·1;
táculo quedasen todos atemorizados; pue:–
era ellugardonde cpncurria todo el Puebldes
.ó.