/
LIBRO TERCERO DE LOS REYES.
quód aff'erebatur Salomoni per
annos singulos, sexcentorum se–
:xaginta sex talentorum auri:
15 Excepto eo quod affere–
ban t viri qui super veél:igalia
erant , et negotiatores , univer–
sique scruta vendentes , et oro–
nes Reges Arabiae , ducesque
terrae.
16 Fecit quoque Rex Salo–
mon ducen (J; scuta de auro pu–
rissimo : pexcentos auri siclos.
dedit in laminas scuti unius.
17 Et trecentas peltas ex au–
ro probato : treceotae minae
auru unam peltam vestiebant : po–
suitf¡ue eas Rex in domo saltus
Liba
ni.
18 Fecit etiam Rex Salomon
thronum de ebore grandem : et
vestivlt
eu auro fulvo nimis,
19 Qui. h¡¡¡bebat sex gradus:
• Que
v.:r!en
ochentaJ
y
qu~ro
de nuestro peso.
s
ef-e
dos mil ciento
ob-as
Y.
docé
lib~a~
• MS.
3.
Adarga~
.
.Estos er-an grande!
y
redondos o de figura oval ,
y
cubrían con
ellos rodo el cuerpo. Lo interior o el al–
ma era de madera ,
y
estaban cubiertos
con pbnchas de oro ,
y
las de cada escu–
do pesaban seiscientos sidos de a ciento
veinte
y
seis granos cada sido de oro.
3
MS.
8.
Enplentas.
O escmdos me–
nores en forma de medias lunas, con que
armaban el brazo izquierdo ,
y
cubrían el
_pecho.
4
MS.
A.
Meajas.
Cada mina consta–
ba de sesenta siclos ,
y
segun esta cuenta
cada rodela tenia diez
y
ocho mil sidos
de oro , o seis talentos , que corresponden
a diez y nueve arrobas diez
y
siete libras
y
tres onzas ;
y
así pod ian ser de oro só–
lido ,
y
sin comparacion de mucho mayor
peso que las que conocemos. ¿Pero de
qué servían estas peltas de tal peso , que
no podian manejarse , ni ser de provecho
para la guerra
?
Es creíble que Salom6n
se traía a Salomón todos los a–
ños , era de seiscientos y sesen–
ta y seis talentos de oro ' :
15 Sin contar lo que le traía n
los recaudadores de los tributos,
y los negociantes , y todos los
que vendián pQr menor, y todos
los R eyes de Arabia, y los Go–
bernadores de la tierra.
16
Hizo tambien el Rey Salo–
món dosciemtos paveses • de oro
fi–
nísimo:dió seiscientos siclosde oro
para las planchas de cada pavés.
17 Y trescientas rodelas
3
de
oro de ley: trescientas minas
4
de
oro cubrían cada rodela : y pú–
solas el Rey en la casa del bos–
que del Líbano. ·
18 Hizo tambien el Rey Salo–
món un grande throno de marfil;
y
lo guarneció de oro muy puro s,
19 El qual tenia seis gradas:
las hizo poner
en
su armería para adorno
y
ostcntacion de su grandeza. En Hebréo
se dan a cada pelta rre
inas
sol~mente,
o ciento
y
ochent
os, que correspon-
den a quatro libr
catorce onzas : y en
el
IT.
de los P arnlip.
IX.
16. se lee
tre–
centi nurei,
así como en el precedente
sexcenti attrei,
sin expresar peso deter–
minado. Si los trescienros siclos compu–
siesen tres mirias, se podria seguir el tex–
to Hebréo , y el lugar de los
Paralipóme–
nos
exponerse de trescientos siclos ; pero
debemos seguir la Vulgata que suplió al
Hebréo
centum
,
como se halla expreso
en los
Paralipómenos.
Así el P. CALMET.
5
En el Hebréo se lee
Mup!wz
,
lla–
mado así de
Upkaz
,
Ophaz u Ophír , de
donde se traía.
!EREM.
x.
9·
En el JJ.
d11
los Paralip.
IX.
17. se lee
de oro muy pu–
ro.
N o hemos de creer que el throno es–
tuviese todo cubierto de oro, sino distri–
buido en varios adornos
y
embutidos qne
hacían sobresalir el marfil , concurriendo
este al mismo tiempo a que brillase mas<
el oro, e hicie5e mas vistosa toda la obra,