C A P 1T U L O XI.
10
Et praeceperat de verbo
hoc ne sequeretur deos alienos,
et non custodívit quae · manda–
vit ei Dominus.
II
Dixit itaque Dominus Sa–
lomoni: Quía habuisti. hoc apud
te , et non
custodisti paéturn
meum
et praecepta mea quae
rnandavi tibi , disrumpens scin–
dam Regnum tuum , et dabo il–
lud servo tuo.
12
Verumtamen
&
in diebus
tuis non faciam propter David
patrem tuum :de manu filii tui
scindam illud,
13
Nec totum Regnum aufe–
ram , sed Tribum unam dabo fi–
lio tuo propter David servum
meum , et Ierusalem quam ele–
gí.
14
Suscitavit autem Domi–
nus adversarium Salomoni Adad
ldumaeum de semine regio, qui
erat in Edom.
no bast6 para que dexase de seguir por
unJ infdme pasion , e
las luces de su ,
conciencia , el exemplo
e sus mugeres.
T anto es verdad, que si la gracia no vie–
ne al socorro del hombre ,
y
si el Espí–
ritu S,ufto no corrige por su virtud la
inclinacion viciosa de la voluntad , todos
l os medios exteriores junros coñ las me–
jores luces del espíritu , no son eficaces,
ni para apartarnos del mal , ni para apli–
carnos al bien.
'
Por quanto se ha hallado en
tí
es–
te abominable pecado.
•
El Reyno de Salom6u fué todo pa–
cífico y glorioso ,
y
dur6
toda su vida;
porque era figura del R cy no de aque l
Chrisro que no tendría fin , porque su
reynado seria inmortal
y
eterno.
3
La de J udá , con quien hacia un
cuerpo la pequeña de Benjamín. A Judá
y
a .Benjamín se unieron despues los Le-
"'
Jufra
KIT.
15.
Tom. Ill.
10
Y le había mandado acer–
ca de esto que no siguiera los dio–
ses agenos, y no guardó lo que el
Señor le mandó.
11
Dixo pues
el
Señor a Sa–
lomón : Por quanto has he–
cho esto ' , y no has guarda–
do mi alianza y
los manda–
mientos que yo te dí, rompien–
do
desm~mbraré
.tu ¡e
y
no, y lo
entregare a tu sterv
1
:l
Mas no lo h
~
en tus
días
z
por amor de navid tll
padre : lo desmembraré de la ma–
no d.e tu hijo,
13 Y no le quitaré todo el
Reyao, sino que daré una Tri–
bu
3
a tu hijo por amor de Da–
vid tu padre , y de Jerusalem
que he escogido.
~4
Y levantó el Seño r por
e(lemigo de Salomón a Adád ldu–
méo
4
del linage Real , que es–
taba en Edóm.
•itas ,
y
muchos Israelitas de las otras Tri–
bus , por no abandonar el culto del ver–
dadero Dios despues del cisma de J ero–
boam.
4
Dios que teni a previstos los extra–
víos de este Rey , prepar6 de léjos los
instrumentos de que se había de servir
para castigarle. El R ey de Egypto, alia-–
do de Salomón , es el que Dios escoge
entre todos los otros para encargarle
L1
custodia
y
educacion de
AJáJ ,
Príncipe
de la sangre R eal de Ed6m , que se había
salvado solo d¡¡ las manos de Joáb en la
ruina de la lduméd. Pero el Señor le puso
en el pensamiento que volviese a la Idu–
méa , sin que nada pucliesc aparrdrle de
este designio , ni hacerle olvidar su patria
desolada ,
y
reducid,¡ enteramente a es–
clavitud. Las órdeots de Dios eran
las
que le llamaban; pero sin s.1ber el exerci–
cio o ministerio para el 'luc era cscogjdo.
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