CAPITULO
XI.
p~tribus
suis , et sepultus est in
Civitate David patris sui ; re–
gna vitque Roboam
fililJS
eius
pro eo.
Autores E clesiásticos
y
los The61ogos con
S.
T HOMAS
se inclinan a creer la peni–
tenci.t y sal ud fin al de este incomparable
P ríncipe. V é.tse Lt
Discrtacioll
de
C A L–
MilT
añadida por
CARRI!lRES.
Pero bas-
sus padres ,
y
fué sepultado en
la Ciudad de D avid su padre;
y
reynó en su
lugar Roboam
su hijo.
ta la certidumbre de su caida miserable,
para hacernos
temer y temblar miénrras
estamos en esta vida morral sobre la suer–
te de nuestra sal vacion ; procurando ase–
gurarla por medio de las buenas obras.
CAPITULO
XII.
Roboam da lugar a la separacion de las diez Tribus, las que es.tablecen
por su Rey a Jeroboam. Este por apm·tar al Pueblo de que acudiese
a J erusalem
,
hace [u11dir dos becerros
,
JI
da
COTI
esto ocasion al
Pueblo a que idolatre.
I
Venit
a
utem Roboam
in Sichem : illuc enim congre–
gatus erat omnis Israel atl con–
stituendum eum Regem.
2
At vero Ieroboam
filius
Nabath , cum adhuc esset ·n
AEgy pto profugus a facie Re–
gis Salomonis , í!_Udita morte
eius , reversus est
AEgypto.
3 Miseruntque
et
vocave–
runt eum : venit ergo leroboam
et omnis multitudo Israel, et lo–
cutí sunt ad Roboam, dicentes:
4
Pater tuus durissimum iu–
gum imposuit nobis; tu itaque
• No se Ice que Salom6n de tanto
número de mugeres tuviese otro hijo que
Roboam , cuya madre, llamada Naama,
era Amonita. Siquém estaba en el medio
de la T ribu de Ephraím, donde Jeroboam
teni.1 un poderoso partido. El Pueblo se
junr6 aquí , y no en Jerusalem ; sin duda
¡¡
IT.
Paralip.
x.
I.
Tom.
lli.
r
Y
Roboam vino a Si–
quém ' ; porque allí se había
congregado todo Israél para pro·
clamarle
~or
!Rey.
2
Mas Jeroboam hijo de Na–
báth, estando aun en Egypto fu–
gitivo de la presencia del Rey Sa–
lomón, luego que tuvo noticia de
su muerte, volvióse de Egypto.
3 Y enviaron a llamarle : vi–
no pues Jeroboam y toda la mul–
titud
2
de Israél, y hablaron a Ro–
boam, diciendo:
4 Tu padre nos impuso un yu–
go muy duro 3; mas ahora tú sua-
poco contento del gobierno pasado , para
poder exponer allí
libremente sus que–
jas ,
y
solicirar el alivio del yugo pesado
que padecia.
• MS. 7·
Y todo el Cabildo.
.
3
E ste yugo tan pesado de que se
quejan aquí los Israeliras , no cousistia
eq
Aaa