LIBRO TERCERO DE LOS REYES.
nunc irnminue paululum de im–
perio patris tui durissimo , et de
iugo gravissimo quod imposuit
nobis , et serviemus tibi.
5
Qui ait eis : Ite usque ad
tertium diem ,
~t
revertimini ad
me. Cumque abiisset Populus,
6
Iniit consilium Rex Ro–
boam cum senioribus qui
assi~
stebant coram Salomone patre
eius curo
~} huc
viveret , et ait:
¿
Quod
<ja~\s
mihi consilium ut
respondtlim Populo huic?
7 Qui dixerun.t ei : Si hodie
obedieris Populo huic , et ser–
vieris , et petitioni eorum ces–
seris , locutusque fueris ad eos
verba
lenia , erunt
tibi serví
cunéhs diebus:
que Salom(n
1
~
1Ublese
cstinado a obras
y
trabajos
xo
y
cr'<i)9s , porque esta
era carg.• de los
ro él} tos ; sino
e~t
que
se les obligase a suministrar todos los me–
ses los gas:J>
de la mesa del R ey por
medio d
l~s
doce Comi arios que habia
p.~ra
esto de las doce Tri us. Cap.
1V.
7.
Lo que les era nn1 car3a muy pesada;
porque la mesa de Salomón era muy sun–
tuos,t y n\agnífica. A esto se juntaba el
fausto insaciable , y los inmensos gastos de
tanras R eynas. Tcmia pues el Pueblo que
R oboam continuase obligándolos a las
mismas cargas.
'
'Y
te reconoceremos por nuestro
R ey. Un Rey es el padre
y
pastor de su
Pueblo. El derecho natural pide que los
vasallos puedan con libertad exponer al
Príncipe sus quejas ;
y
es obligacioq de
este escuchados , y hacerles justicia. De·
be imitar la bondad de Dios que puso en
sus manos una
imágen de su grandeza.
El Señor que formó a todos los hombres
de una misma tierra , por lo que mira al
cuerpo ,
y
puso igualmente en el alma
de todos su imágen y semejanza , esta–
bleció entre los hombres estas distincio–
nes , pdra que los Grandes fuesen el am–
paro de Jos pequeños;
y
dió su poder a
viza un poco la extrema du reza
del gobierno de tu padre, y del pe–
sadísimo yugo que puso sobre no–
sotros
,,y
te serviremos'.
5
Elles respondió: Idos , y de
aquí a tres días volved a verme. Y
habiéndose retirado el Pueblo,
6 Tuvo su consejo el Rey Ro–
boam con
los
Ancianos que esta–
ban cerca de Salomón su padre
quando vivía,
y
les dixo: ¿Qué
consejo me dais para que respon–
da yo a este Pueblo?
7 Ellos le dixeron : Si escu–
chas hoy a este Pueblo,
y
te aco–
modas a él , y condesciendes con
lo que piden,
y
les hablas pal¡l–
bras suaves , serán tus siervos
para siempre
2
•
Jos Reyes , para que procurasen el bien
público , y fuesen el apoyo de los Pue–
blos ;
y
estos oe su parte deben corres–
ponder con 11na entera sumision , respe–
to y Jidelidad. Y
así
quando los Israe–
litas hacen a Roboam esta representa–
cion que aquí leemos , se dexan ver en
ella algunas
señ~
de respeto en la par· _
te que se ciñe€!Jí>edir solamente algun
alivio , y prometer fidelidad; pero quan–
do despues hacen depender esta de la
gracia que solicitan , dan ya principio a
la rebelion ,
y
f.1 ltan enteramente a las
obligaciones de vasallos.
2
Dos motivos concurrian para que
R oboam condescendiese con la
súplica
del Pueblo : la justici,t de su s(tplica, y el
propio interes del Rey. Los Anci,mos que
conocian bien las disposiciones en que se
hallaba el Pueblo , sin entrar en la justi–
cia de su demanda, insisten solameme en
lo que miraba al interes de Roboam ;
y
así le aconsejan que cediendo un poco a
su violencia , procure apaciguarlos con
p alabras de dulzura , seguidas de algunos
buenos efeél:os. Mas la juventud precipi–
tada por lo comun en sus resoluciones,
le aconseja que despida y eche de sí al
Pueblo con palabras llenas de aspereza,
y