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266

LIBRO SEGUNDO DE LOS·: REYES.

19 ¿Nonne ego sum quae res–

pandeo veritatem in Israel , et

tu quaeris subvertere Civitatem,

et evertere matrero in Israel?

¿quare praecipitas hereditatem

Domini?

20

Respondensque Ioab, ait:

Absit, absit hoc a me: non prae–

cipito neque demolior.

2 1

Non sic se habet res, sed

horno de .monte Ephraim Seba,

filius Bochri cognomine, levavit

manum suam contra Regem Da–

"tid : tradite illum solum , et re–

cedemus a Civitate. Et ait mu–

lier ad Ioab: Ecce caput eius mit–

tetur ad te per murum.

22

Ingressa est ergo ad om–

nem Populum, et locuta est eis

sapie ter: qui abscíssum caput

Seba filii Bochri, proiecerunt a.d

Ioab : e ill ceci it tuba , et

recesser~

t

a15 UTffi , nusquis–

que in a e nacula sua: I0ab au,–

tem reve us

€S

lerusalem ad

Regem.

23 Eait ergo

eab

super om–

nem exercitum Israel : Banalas

hubiera

ya

terminado felizmente , puesto

que Abcla era una de las Ciudades mas

pacíficas y fieles de I sraél. Se puede tam–

bien dar este otro sentido : Es un prover–

bio recibido , dixo esta muger , que el

que tenga que pedir un consejo consulte

a los sabios de que está 1lena la Ciudad

de AbeJa ;

y

este es un medio seguro de

rermin~r

felizmente los negocios. Si

siguiendo eHe proverbio hubieras comul–

t ado ántcs <.le

ll~var

las cosas al extremo,

hubieras quedado contento con nosotros;

porque todas la' respuestas que aquí se

dan no tienen otra mira que la de esta–

blecer la fidelidad

y

la paz.

• La

muger habi.l

ea

llO!Ilbre de

tO•

n Supr.

VIII.

x6~

19 ¿Pues qué no soy yola que

doy respuestas verdaderas en Is–

raél ' , y tú quieres arruinar una

Ciudad, y destruir una

Metrópoli~

en Israél ? ¿por qué te afanas en

¡;lestruir la heredad del Señor s ?

20

Y respondió Joáb, dicien–

do: N unca,nuncajamas haga yo tal

cosa : no la destruyo ni demuelo.

21

La cosa no es así4,sino que

un hombre del monte de Ephraím

llamado Seba , hijo de Bochri, se

ha sublevado contra el Rey Da–

vid: en tregadnos a este solo , y nos

retiraremos de la Ciudad.Y d ixo la

muger aJoáb: Ahora mismo te se–

rá echada su cabeza por el muro.

22

Ella pues fué a donde es–

taba todo el Pueblo , y habló–

les con grande cordura; ellos cor–

tando la cabeza a Seba hijo de

Bochri,

~e

la echaron a Joáb : y

él tocó la trompeta, y se re tira–

ron de la Ciudad , cada uno a sus

pabellones: y Joáb volvióse aJe–

;rusalem en busca del Rey

s.

23 J0áb pues tuvo el mando

de todo el éxercito de lsraél

6 :

pos los vecinos de aquella Ciudad.

• Una de las Ciudades principales.

3

Una Ciudad de tanta considcracion

que entra en la heredad del Señor.

4

Como tú dices.

s Parece que DaviJ debía haber cas–

tigado a un hombre que respet.tb.t tan

poco su autoridad. Pero

el

servicio tan

importante que acababa de hacerle , le

obligó a disimular por algun tiempo. Fue–

ra de que si hubiera querido vengar la

muerte de Amasa , hubiera envuelto el

Reyno en nuevas wrbaciones , excita–

das por el resentimiento de Abisai , no

ménos violento que su hermano.

~

V éase el C:rp.

Yll!.

16. 17. 18.

o