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EL APOCALYPSIS DEL APOSTOL·S. JUAN.
CAPITULO XI.
S e ot·dena a J uan que mida el T emplo de q)ios. El S eñor envia aos
t estigos, que
son,
despedazados. p or la bestia que sale de la mar..
Dios los resucita
,
y se los lleva al
Ci~lo.
U·n
t e1·r em-oto
quita la
vida a siete mil personas. El séptimo Angel toca la trompeta
:
se
describe ta resurreccio!l de los muertos, y
el
juicio final.
I
Et d a tus est mihi cala-
1
mus si milis virgae, et di!tum
est mihi: Su rge, et metire Tero–
plum Dei, et Altare , et ado–
rantes in eo.
2
Atrium autem , quod est
fb ris Templum, eiice fo ras , et
ne metiaris illud : quonia'\1 da–
tum est Gentibus, e t Civitatem
Sanél:a m calcabunt mensibus qua-
draginta d.-.:_bus:
·
3 Et dabo duobus testibus
meis , et Prophetabunt diebus
mil!e ducentis sexaginta , ami–
él:i saccis.
T . Gr.
x.u~ ~i~~x.t1
ó
~}')'Eho(, "'~)'Ql',
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fu~e~d~ u
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'"
Est~Tcmplo
es la I glesia de
Jes~
Chrisro ,
de'"'m que fué
figura la
de
J eru–
salem. Se manda a J uan que cuente el nú–
mero de los verdaderos fieles que se en–
contrarán
~n
el mundo
a.:
tiempo del
An-
L
techristo ; los quales triurnpl\arán de
~te
y
de tod"os sus enemigos ,
y
que por
su
fe
serán hallados dignos de of0ecer1..a su
Dios
y
Señor un culto sahto
y
síncero.
3
A lude al último .
á
trio , que se lla–
m aba de los
Gentiles.
No pongas en este
JlÚmcro a los m:1los Christianos
y
de vida
1·elajada
y
mundana ; porque estos
aban–
donarán
la
fe ,
y
se unirán con Jos Genti–
les
y
con
el
A ntechristo.
GREGOR.
M o–
rni.
Lib.
XX V J 1
r.
Cd-p .
VI.
n.
16.
4
Este , segun
b
mas comun opinión,
se cree que será el tiempo .que du.rad
el
xCynado del A.mech.dsto.
D AN .
vu.
25 ..
(
I
Y
me fué dada una caña
semejante a una vara,
y
se me
di–
xo ' : L evá ntate , y mide el Tem–
plo de Dios • ,
y
el Altar,
y
los
que adoran en él.
2
M a\l el á trio, que está fue–
ra- del
Tel\~plo,
déKalo fue ra • ,
y
<,10
lo m id'i!s: porque se ha dadC>
a las Q.¿ntes,
y
holla;;¡:Jn la Ciu–
d ad Sa nta U<J.renta
y
dos me-
ses
-+:
·~l,
3 Y d a ré
\~lis
dos testigos
s.
y
prophetiza r \!, mil doscientos
y
sesenta días ; vestidos de sa–
cos
6 •
s
L~s
P adres e I ntérpretes general–
m ente convienen
é~1
que estos dos testi–
gos o M ártyres serán Enoch
y
E
lías ,
que
enviará Dios para oponerlos al A ntcchris–
to
y
sus sequaces ; pues ambos , segun
13.
tradicion
de
la
I glesia , viven todavía,
y
están reservados para los últimos tiempos.
Los que aplican estos
\-~xtos
a las perse–
cuciones de Diocleciano o de Juliano
A–
p6stata , quieren t.-que aun por estas se
ti–
gura la l\ltima persecucion del Amechris–
to; porque
aun
baxo de una misma le–
t ra
p~edc
haber mudíos sentidos litera–
les , segun la dotl:rina de los Theólogos.
6 ·
Cubiertos de sacos
,
y
en hábito
de
penitencia , predicarán
y
prophetizarárt
por espacio de rres años
y
medio , cuyo
núm.ero resulta de los mil doscientos se–
senta dias que aquí
se
dicen , dando trein–
ta dias
a
cada mes , como hacian en sus
comunes
y
arreglados cómputos los
1-Ie-–
bréos , e igualmente Jos
GriegOs~
o