CAPITULO IX.
751
operibus manuum suarum , ut
non adorarent daemonia , et si–
mulacra aurea et argentea et
aerea et la pidea et lignea
~
quae
neque videre possunt , neque
audirc, neque ambulare:
21
Et non egerunt poeni–
tentiam ab homicidiis suis ne•
que a veneficiis suis neque a for'–
nicatione sua ncque a furtis suis.
ven en
la
frente
la
seña] de Dios , en vez
de aprovecharse
y
de escarmentar con ta–
les avisos
y
azores cxecurados en las ca–
bezas de sus compañeros
¡
se endurecerán
mas
y
mas en todos sus viciorJ,
y
princi–
palmente en la abominacion IJ.e !a idola- 9
"
las obras de sus manos , para
que no adorasen demonios , e
ídolos de oro
y
de plata
y
de
metal y de piedra y de made–
ra , los quales ni pueden ver,
ni oir, ni andar:
2
r Y no se arrepintieron de
sus homicidios ni de sus malefi–
cios ' ni de su fornicacion ni de
sus hurtos.
tría , que será ef ...
pe~do
mas dominante
en el reyno del Aotechristo; porque este
desterrará el culto de todas las deydades,
con el fin de hacerse adorar él solo como
verJddcroDios.DANIEL.Il)5.
II.ThtURf.
' MS.
D e sus
m 4 /ft:tTIIIS.
·~C
A P 1 T U L O X.
Aparece otro ,A n¡r.
,
cercado de u1a nube con
ur1
libro abierto en la
mano. E l Ang ' ,jura
,
que no habrá y a mas tiempo
;
sino que quan–
do el séptimo
t~
ngel hubiere tocado
.w
trompeta, se habrá cumpli–
do todo el "IJ!Sterio. Una vo;; del Cielo
mar~da
a Juan <¡ue tome el
·libt·o y se lo trague.
1
Et
vidi aJ.ium Angelum
fortem desccndcntem de Caelo,
amiél:um nube , et Iris in capi–
te eius , et facies eius erat ut
1
En e] texto Grie!W' falta
nlium;
y
por esto :tlgunos Intérpretes creen que es–
t-e
es el mismo Angel que tocó el sexto la
trompeta en el Capítulo preccdent¡ ;
y
t.ambien el mismo que en el Cap. v . es
llamado
fuer
u )'
poderoso
,
y
que decía
en alta voz:
¿Quiéll es
dlgllo de abrir
a
Libro ,.)' de dtu:ztar sus sellos?
Orros son
de sentir que es el mismo Jesu Christo o
algun otro Angel, como Ministro o Em–
bax:tdor suyo.
Se vda cubierto de uua
1mÚI'
flo que manifiesta ·el poder de que
estaba revestido : o t:lmbien que venia a
anunciar los consejos ocultos de Dios so-
1
Y
ví otro ' Ángel fuerte
descender del Ciel<P, cubierto de
uilla nube,
y
un Iris sobrP su ca–
beza ,
y
su caca era
CG
o el Sol,
)
brcibl fin del tnundo
y
de los tiempos. El
arco Iris que se registra sobre su cabeza,
es
scñ~l
de•Ja paz con que viene a convi–
dar a los que se conviertan ; pero al mis–
mo riempo ruge como un fiero leon con–
t ra los obstinados e impenitentes.
Su ca–
ra es nsplmzdeciente cotuo
el
Sol,
y
Slt.t'
pies como columnas de fiugo;
en lo que se
figura la venganza
y
furor divino contra
los enemigos de la Iglesia.
El
p(mer un
pie sobre la 1Jlar ,
y
otro sobre la tierra,
demuestra que no hay ninguna cosa,
ni
en
b
m:~.r
'"ni
en
la tierra , que pueda
librar~
se
del
poder o de la venganza del Señor,