CAPITULO III.
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7 Et Angelo Philadelphiae
7 Y escribe al Ángel de la
Ecclesiae scribe : Haec dicit
Iglesia de Philadelphia ' : Esro
Sanétus et Verus •, qui -:habet
dice el Santo yelVerdaderó',el
clavem David ' : qui aperi t, et que tiene la lla ve de David ' : el
nemo claudit : clnudit , et ne- que abre, y ninguno cierra: cier-
mo aperi t:
ra, y ninguno abre:
, 8 Scio opera tua. Ecce
de~
8 Yo
cono1.cotus obras. Hé
di coram te ostium apertum
aquí puse delánte de
tí
una puer-
quod nemo potest claudere: quia
ta abierta • , que ninguno puede
modicam habes virtutem , et
cerrar : porque tienes un poco de
servasti verbum meum, et non
virtud
s ,
y
has guardado mi pala-
negasti nomen meum.
bra ,y no has
~egado
mi nombre,
9 Ecce dabo de synagoga
. 9 He aquí daré de la synago-·
Satanae , qui dicunt se Iudaeos
ga de Satanás, los que dicen que
esse , et non sunt, sed mentiun- son Judíos, y no lo son, mas mien•
tur: Ecce faciam illos ut ve- , ten: He aquí los haré venir,
y
niant , et adorent ante pedes
:-l
que adoren ante tus pies: y sa-
tuos: et scient quía ego dilfjXi te.
bran cf/!e yo te he amado
6 •
10
Quo~m
servasti verbum
10
Porque has guardado la
patientiae meae, et ego .serva- palabra de mi pacienc·
7 ,
y yo
bo te ab hora te':.tJ:ionis, quae , te guardaré de la h
de la ten–
ventura est in "Juem univer- tacion
8
,~ha
de venir sobre to-
~..--_;
t
P)liladelphia cl'a una Ciudad de la
l ydia , que tenia en este tiempo un San–
to Obispo
1
c;:uy o nombre se ignora.
2
El Santo de Jos SJ.ntos,
D AN. IX.
24.
y
la
verdad misma.
P.talm.
c z LJV.
IJ.
3
E l
.soberano poder de la Iglesia,
que es el Reyno de este nuevo David.
inguno puede excluir a los que él intro–
duce c::n ella , ni introducir a los que ex–
cluye ;
y
ninguno puede entrar, sino a–
quel a quien abre
la~ucrta
por su gracia.
Los Esc61ios
Griegos dan a entender, que
Cn
algunos exemplarcs ,
e~
vez de
TV
ltt.–
lht,
se
Ice
:h ,
drl
infi~rno;
cuyo sen–
tido se
puede
acomodar muy bien. Por
Jl.avc de la Casa de
David
entienden
con
S.
ANSELMO--;.¡a
interprcracion de las
l)rophecías que abri6 Christo
a
su l glc–
:iiJ
para b comun utilidad de los fieles.
•
Para que
hagas
cmr:u allí a muchos
por
l.1
prod1c:tclon del E"angello. Esta
puerta
es
la
fe por donde entramos en
la
l glcsia
tt
ser miembros del
~ucrpo
myst1co.
s
Por quamo, aunque tus fuerzas son
a lsai.
-cJ II.
2~.
Tom.ll.
débiles ,
y
éres flaco
y
enfermo ; esto no
obstante , en atencion a tu fidelidad en
guardar mis Mandamientos ,
y
en confe–
sar
mi
nombre
,
q_uiero
yo
suplir con
mi
poder lo que
te
falta
a t(¡jc
fuerza : por
ta.j_¡o
,
voy a
abrirte una pucrra para quo
e~Jees
tu zelo ;
y
por medio de
tu
pre-
4icacion se conviertan mucl s a la fe, auo
de aquellos mismos
Judi
ercos
y
obsti–
nados , que son sola
me
Judíos en
el
'J,Ombre ; mas en L.;ltealidad son del par–
tido"'
de la
~~nagoga
de
Satanás. V éase
Cap. n .
9·
En
el
texto Griego, en
vez
de
l"~tnl,
daré ,
se
lee
J',f"o¡«.c ,
doy.
6
Quanto
en
ello te honro
y
estimo.
7
Por quanto te has mostrado cons–
tante
y
sufrido
en
la tribulacion, sin omi-o
rir diligencia
alguna para
seguir eJ
cxem–
plo de paciencia que yo he dado.
•
]-labia
de una grande pcrsccucioQ
que se iba a mover en
to"o
eJ
Imperio
Romano contra la
Iglesia.
Esta fué pro–
bablemente
la
de Trajano. EussB.
Lib.
I II. 32. 23.
PuNJO
Lib. ~.
EpisJ,
•II.
b Iob
r
r r.
14.
Zzzz:¡