CAPITULO 111.
mus omnes. Si quis in verbo non
ofl'endit, hic
pcrfeétu~
est
v ir;
potest etiam fraeno circumdll–
cere totum corpus.
3
Si autem equis fraena
in
ora mittimus ad
conscnticndum
nobis, et omne corpus illorum
circumferimus.
4
Ecce et naves , cum ma–
gnae sint, et a ventis validis
minentur, circumfcruntur a
Lno–
dico gubernaculo ubi ímpetus
dirigentis voluerit.
5
Ita et lingua modicum qui–
dem membrum ese , et magna
exaltat. ¡Ecce quantus i gn i s
quam magnam silvam incen–
die!
6 Et lin
o
a ignis est, uni–
versitas iniquitatis. Lingua con–
stituitur in membris nostris,
quae maculat totum corpus, et
inflammat rota
m
nativitatis
I
Mas aunque el hombre falte en mu–
chas cosas , en ninguna f.1lra tanto como
en
e[
hablar.-Por lo que el que llega a
li–
brarse de los pecados de
la
lengua , se
p~de
decir de él que es verdaderamente
perfeéto; y se puede presumir que facil–
mcnte dirigjrá
y
gobernará bien sus afec–
tos. OruGJN.
H omil:,xv.
i11
lowe.
li•liiill'l~7,::~if~~~·-a-..~Nuestro
Intér-
W
rete
lec u
t ,
puu
Jo mismo
el
C6dicc de V crona. Así como poniendo
freno
2
un caballo lo gobernamos
y
lleva–
mos como queremos
;
del
mismo mo_
r.
po¡;¡emo!
freno
a
Ja
lengua seremos
ños tambien de todas nuestras acciones.
• 3
El
rimon , que
es
una parte muy
pequeña del navío, sirve para traerlo, lle–
varlo
y
volverlo por muy grande que sea
a
donde quiere
el
que lo gobierna ,
y
es–
to contra 'b
fi1i-ia
e ímpetu de los vientos:
de la misma manera la lengua , aunq\•
f
• .5ea
una parte tan pequeña del cuerf' ,
,bacc
alarde
de
obr.arcosas maravillosa.. en
en muchas cosas. El que no ofen–
de en palabra ' , este es
va
ron per–
fcét¡;
porque puede tener del fre–
no a todo el cuerpo.
, 3 Y si
2
ponemos Jos frenos
en las bocas de los caballos para
que nos obed.ezcan , gobernamos
todo el cuerpo de ellos.
• o
4
Mirad tambien las naves,
aunque sean grandes,y las traygan
y lleven impetuosos vientos , con
un pequeño riman se vuelven a
donde quisiere el que las gobierna•.
. 5
Así cambien la lengua pe–
queño miembro es en verdad , mas
de grandes cosas se glorí . ¡He
aquí un pequeño fuego ; quán
grand~elva
incendia!
6 Y la lengua fuego
1
gregado de maldad •.
se cuenta entre
s miem–
bros , la q
ontamina todo el
€uerpo , e inflama la rueda
6
de
bien
y
en mal ; así como una clúspa de
fuego puede incendiar
un
r:mdc bosque.
J{,..j fW.;«Ac:Ír;ct·f,
puede ta i-en intcrpre–
tar.:lmuestra grmzdes brios,
y
es de te–
merse su furia si
la
razon no
13
refrena.
4
Qzumlus ignis:
en el
T.
Gr. se lee
f.>..lyor
.,.,¡¡,,
p equeño fuego;
y
así
qumztu3
equivale
a
qzumtulus.
~
s l a
co
n o \mi,•ersidad ,
o
.
s
el mundo de todos
,. ue los encierra en sí
to–
• ASJ
.1-lomi/. in Psalm.
x:x:xJII.
• -rOt -rpÓ;t!r,
la
cnrrtra
de
nuestra v:'
a
que no cesa ; o
Tfl TeJxór,
14
rucdn;
1
n
lo que se explica la rc:volu–
.cion ir
1
csantc de nuestra vida
,
semejante
al
dC'f. na rueda que
Jl~ga
a. encenderse y
ab · arsc con la conunuac1on
y
veloci–
, d de su movimiento. La mala lengua es
un instrumento del diablo , que sirve
pa–
ra
cn.c~nder
el fuego de las pasio'nes
y
do
Jos v1C1os ,
y
que destruye
eQ. Ja vida del
hombre
t~do
lo bueno.•