t
(
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EPISTOLA DEL APOSTOL SANTIAGO.
detrahit Legi , et iudicat Le–
gem. Si a urem iudicas Legem,
non es faétor Legis , sed iu–
dex.
12
Unus est Jegislator, et
i udex , qui potest perdere et
liberare.
13
¿Tu • autem quis es, qui
iudi cas proximum? Ecce nunc
qui dicitis : Hodie aut crasti–
no ibimus in illam Civitatem,
et faciemus ibi quidem annum,
et mercabi mur et lucrum fa–
clemus :
14
Qui ignoratis quid erit
in
crasti
no.
1
s
¿Quae est enim vita ve–
stra? apor est ad modicum pa–
reos ,
~.t
deince ps extertilinabi–
tur. Pr 'eo ut dicaris : Si Do–
minus
:-t~ uerit;
et:
Si
vixeri-
mus , fac1
hoc aut illud.
16
Nunc au
···•.hatis in
su perbiis vest ris. Omnis exulta–
tia talis , malig na est.
'
Esto es , como explican
los
Esc6-
Jios Griegos
,
~condenas
y
desprecias la
Ley. A
tí
no te roca esto, sino obse¡_var
Jo que te manda el único
y
solo Lcgisla-
dpr Jesu Christo.
·
2
Ttí. , que así re atreves a juzgar a ro
próximo , ¿quién eres sinó un hombre fla-
co, miserable,
y
qu
cada paso caes ce.
eso mismo de que·juzg
denas a
tu
hermano?
·,
3
Condena aquí el Ap )"ll a
...,duc~
u de
aquellos que ,
como si
~.,o
reco1
cicscn aquella providencia ere·
~a ,
ech:m
1argas
cuentas para lo venidero "como si
todo estuviera en su mano. Sem 'lOtes a
aquel rico , de quien se habla en
Lo–
CAs x 11.
t
9· en proyeébr , como ' ino
hubiera de llegar el término de sus d1.
qucdJ.ráJt burladas rodas sus esperanzas.
a
Roman.
~IY.
4•
hermano, dice mal de la Ley, y
juzga la Ley. Ysijuzgasla L ey ',
no eres hacedor .de la Ley , sino
Juez.'
12
U no es el dador, y el Juez
de la Ley, que puede salvar
y
perder.
13
¿Mas
tú •
quién eres, que
juzgas a tu próximo? Ea aho–
ra vosotros los que decís : Hoy
o mañana iremos a aquella
Ciudad , y pasaremos
allí
un
año , y mercaremos y ganare–
mos
3 :
14
Y no sabeis qué será en el
dia de mañana.
1
s .
¿Porque qué cosa es vues-
:
'tra vida? es un va por que apare–
ce p
r
un poco, y Juego desapa–
recerá. En lugar
~- decir:
Si el
Señor quisiere; y: Si v.iviéremos,
haremos esto o aquello.
16
Mas ahora os jaétais en
vuestras sobe;oias •. Toda jac–
tancia semejante, es maligna.
Por tanto el Christiano debe siempre con–
tar primero con Dios en todas sus dispo–
siciones , usando de aquella expresion:
Si
Dios quiere
:
si Dios me dexa vivir ,
que
es propia de la fe
y
de la humildad. Fue-
,
ra de que la experiencia nos enseña todos
Jos dias , viendo
~orrados
del mundo,
quando méoos se ptensa
e ex-
tienden sin tér ·
os , q
.
poc.o podem conrar con
Ja
instabilidad
de nuestra vida , semejante a la de un li-
!'O
vapor , o a un solo soplo que pasa
menee.
. 4
Hablais, pensais
y
haceis , como si
no dependierais de otro; como si no hu–
bierais de morir , o como si estU\'Ícra en
vuestra mano
el
tiempo que está por ve–
nir. Y estos pensamientos , llenos de so–
berbia
,
son necios
y
perversos.