CAPITULO VII. .
semel , seipsum offerendo.
28
L ex enim homines con–
stituir Sacerdotes infir mitatem
h abentes : sermo autern iuris–
iurandi , qui post Legem est,
F
il
i u
m
in aeternum perfe–
étum.
• MS.
Uiza uegad.'l.
Ofrecióse a sí
mis~
rno no por pecados propios , como impía–
mente dixo Socioo , pues acaba de llamar–
le
el
Apósrol Santo , irlocenre, inmacula–
do ; sino que satisfizo al Padre por Jos
nuestros.
El
haberse
ofr~cido
uua vez ,
no
excluye los Sacrificios de la IglesiaChris–
tiana ; porque el mismo que se cfeétuó
cruento en la Cruz , se expresa en el in–
cruento de nuestrosAltares: Véase
et
Coll~
•
,
una vez
1
~ofreciéndose
a sí
mismo.~
28
Porque la Ley constituyó
Sacerdotes a hombres que tienen'
enfermedad • : mas la palabra del
juramento , que es despues de la
L ey , constituye al Hijo perfeél:o
eternamente.
cil. Tridmt. Sus.
:xru.
Cap .
IT.
·.
2
Los Pontífices de la Ley antigua
siendo.hombres cercados de imperiCccio-)
nes , nmguno de ellos pudo rcner a su fa–
vor
un
juramento
irrcvocabl~
; mas el H i•)
jo
de Dios siendo Santo y perfcéto por
ro-j
dos tírulos
y
respetos,
filé
aquel de quiea
afirma su Padre con jurJmento :
1tí eres.
.iacerdote por una eternidad.
El
Griego:
~onstitu
yo
~umqs
Sacerdotes
o
Pontífices•
C A P I T U L O V I I l.
•
D emuestra que J esu Christo es verdadero Pontlfice
y ·
el M ediador deJ
tiuevo Testamento
,
que es mucho mas excelente que el antiguo.
1
C apitulum autcm super
ea quae dicuntur: Talem habe–
mus Pontificem , qui consed it
in dexrera sedis magnitudinis
in Caelis ,
2
Sanél:orum Minister et ta–
bernaculi veri , quod fixit Do–
minus, et non horno.
-
3 Omnis enim P<tntifex ad
·olferendum munera et hostias
"
I.a
su
m~
de todo lo dicho se reduce
a
manifestar que tenemos un Pontífice,
que entr6 en el Santuario Celestial del
e–
terno Tabernáculo, en donde habita en el
lleno de la Magesrad de Dios ,
y
en don–
de cxcrce las funciones
del
Sacerdocio.
" Los ,Sacerdotes de la
Ley
antigua
exercian su ministerio en un Tabernáculo
hecho por los homJ?rcs : mas
J
esu Qhr)s:
Tom. 11.
1
L a suma pues de todo lo
que habemos dicho es esta : Tene–
mos un tal Pontífice , .que está
senr'l;io en los Ci clos a la dies–
tra del throno de la grande1.a • ,
2
Ministro de ·las cosas san–
tas•
y
del vercl'adero tabernáculo,
que fixó el Señor,J¡,no el hombre.
3 Porq'lfltocto Pontífice está.
constituído para ofrecer dones
to exerce el suyo
en el
Cielo, Taberná–
~ulo
no hecho por los hombres , sino fa–
. bricado por el mismo D ios. V éase el Cap.
JX,
24.
Los Sacerdotes Levíticos ofrecían
la sangre de las víél:imas por
Ja
expbcion
de los pecados del pueblo; Jcsu Christo•
en el Ciclo represcnra a su Padre Eterno
el mérito de sus sufrimientos
y
de
su
muerte.
El
Gnan6STo~o
flq,,¡¡• •
uv.
·
Eeee