CAPITULO IV.
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gratiam inveniamus in auxilio
opportuno.
r
I11 auxilio opportmw ;
esto
es,
quan–
do Jo necesitemos. Puede rambien tradu–
cir~c
: en esta vida , que es el tiempo pro–
pio de poder buscar
y
hallar este socorro;
.porque pasado que sea este tiempo ,
si
hallar gracia para ser socorri–
dos a tiempo conveniente '.
una vez quedamos excluídos del eterno
reposo
,
ya no tendremos oporrunidad de
poder hallarlo , ni de solicitar socorros pa–
ra ello. Por
throno de In g racia
emicndea
muchos
el
Tribuna! de la Penitencia.
CAPITULO V.
D escribe quál es el oficio del Po11tljice
,
,y
demuestra que J esu Christo
lo fué verdadero ,
y
que es
ofdo
siemp 1·e
que intercede, por
nosot1·os.
R eprehende a los H ebréos por la poca disposicion que tienen de en–
tender estos mysterios.
I
Ümnis namque Ponti–
fex ex hominibus assumptu,:, pro
hominibus
c~nstituitur
in iis
quae sunt ad Deum, ut offerat
dona et sacrificia pro pecca-
tis :
~
2
Qui condolere possit iis
qui ignorant et errant : quo–
n iam et ipse circumdatus est in–
firmitate:
3 Et propterea debet, quem·
admodum pro populo, ita etiam
et pro semetipso offerre pro pec–
catis.
1
El Apóstol , despue;: de haber he–
cho ,,er que Jesu Christo es superior a los
Angeles
y
a Moysés, le hace ahora supe–
rior a Aaron ,
y
hace cotejo de los Pontí–
fices de los dos Testamentos, de su T•
bernaculo
J
de su Santuario , del Testa–
mento de que son Ministros , de sus Sa–
crificios ,
y
de los efeél:os de estos Sacri–
ficios. Comienza a describir los oficios del ·
antiguo Pontífice ;
y
pasa despues a hacer
la aplicacion de Jesu Chrisro. .El Pontífi–
ce, dice el Santo Apóstol , era hombre,
y
tomado de entre los hombres semejan–
tes a él , para que ofreciese a ·Dios por
la
•
I
Porque todo Pontífice
x
tomado de entre los hombres, es
puesto a favor de Jos hombres en
~aquellas
cosas qu.e
to¡~<
a Dios,
para que ofrezca dones
y
sacri–
ficio~
por pecados:
2
El qual se pueda condoler
de aquellos que ignoran y yer–
ran • : por quanto él tambienes–
tá cercado de enfermedad:
3 Y por esta causa debe ,
CO·
mo por el pueblo ,
~sí
tambien
pot sí mismo ofrecer por peca–
dos
3 •
salud
comu~e
1: hombres
y
remision
de sus pecacftrs. V éase el Cn
R YSÓSTOMO.
1
La raíz de los pecados de todos los
hombres es
la
ignorancia
y
el error ; por–
que hablando con todo rigor , no hay ma–
licia tan pura
y
desnuda , que no proce–
da de alguna enfermedad :
y
así la pasion
que ofusca la razon al pecador , no le de–
xa conocer , ni el bien de que se priva,
ni las miserias en que se envuelve , ni la
Magest~d
de aquel a quien ofende , ni su
ingratitud a la infinita bondad de un
n:os
tan misericordioso. S.
T FIOMAS
L eE!.
I.
1
Se
L~
ordenaba qúe por sus pec3dos