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EPISTOLA DE S. PABLO A LOS HEBREOS.
d·icit • : Et adorent eum omnes
Angeli Dei.
·
7 Et ad Angelos quídem di–
cit ' :
Qui facit Angelos suos
spiritus , et Ministros suos flaril–
mam ignis.
8 Ad Filium autem: Thro–
nus t uus Deus in saeculum sae–
culi : virga aequitatis , virga
Regni tui.
·
)
9 Dilexisti iustitiam, et o–
disti iniquítatem: propterea un–
xit te Deus , Deu.s tuus ,
ole~
exultationis prae pa rticipibus
tuis.
IO
Et': Tu in principio Do–
mine terram fundasti : et opera
manuum tuarum sunt Caeli: ·e
II
Ipsi peribunt,
t'fi
autem
~r
Psalm.. z cvr.
7· Quando le puso
en pQ.sesion d e todo el mundo ; Jo qual
sucedió quando se encarnó : porque aun–
que ántes de encarnarse el Hijo de Dios
era Señor de todo el mundo ; pero no
ha~
bia entrado todavía en su herencia , por–
que no tenia nada que ver con el mundo
el que era todo Espíritu. Así S.
CYRILO
y
SAN GREGO
uo NrsENO.
Los E scólios
Griegos dicen, que
tÍ<myá.n,
introd1&o ,
se
pone por
iy.:t:ffP~ITl,
esto es , le pus;o en
Jas manos.
Y
así , si manda que le adoren
los Angeles , se ve que su grandezn
y
ex–
celencia es infinitamente mayor quC
la
de los Angeles. O tl-os
lqr-~xponen
de la
· segunda venida de J csu
~risco ,
que se–
rá
quando venga
a
juzgar el mundo.
Y
en
este sentido es necesario traduc_iv:
Y
quan–
do segunda
vez introduce
al Primogfni–
t o en
el mundo.
2
Psalm. c rrr.
4·
Quiere mostrar con
esto,
que
estos E spíritus bienaventurados
que se abrasan de amor delante de Dios,
no son sino sus Embaxadores
y
los lvfinis–
-tl'os de su voluntad ;
y
por consiguiente,
soe ve la grande
diferenci~
que hay entre
dez de la ti,erra, dice: Y adórenle
todos los Angeles de Dios'.
7
Así
mismo sobre los Án–
geles dice •: El que hace a sus
Angeles esp.íritus, y a sus Minis- .
.tros llama de fuego.
8 Mas al Hijo
3
:Tu Throno
D ios en el siglo del siglo: va–
ra de equidad , la vara de tu
Reyno.
9 Tú has amado la justicia,
y
has aborrecido la maldad: por
eso Dios, el Dios tu yo
4 ,
te ha
ungido con óleo de alegria sobre
tus partícipes.
.
10
Y: Tú, Señor
S ,
en el prin–
cipio fundaste la tierra: y obras
de tus mano¡; son lo·s Ciel'o.s :
t e Ellos perec.erán,.., mas
tti
ell?s
y
entre
J~su
Christo su I-Iijo , a
qmen trata como a Soberano de ellos.
3
Psalm.
~Lrv.
7· El
R eyno
de
Chdsro es eterno ,
y
no tendrá
ti11.
Lu–
CAS 1.
33 .
porque no es
Rey
no de este
m undo.
l OA;NN. XVII I.
36.
L a manera
da
gobernar a
Jos
suyos está llena de equi–
dad , porque no les impone otra L ey
que
la
de la Caridad.
4
J\unque en el texto Griego se repite
~ .&t;~ ,
ó .&tós;
mas Jos E scólios aavierren
que el primero se toma por
ó .&tl
en voca–
tivo ; esto
es ,
o
Dios Clzristo:
ru
D ios)'
es a saber ,
tu P adre
re ungió. Alude
al
nombre
de
Christo
,
ungido.
Esta
uncion
de alegría miYa cambien a
Ja
o-Joria , de ·
que la Humanidad de
J
esu
Chr~to
fué re–
vestida
~espues
de su Rq_surreccioo , en
recompens& de Jo que
el
amor de la
justi–
t.tia
y
el ódio del pecado le habian hecho
padecer : gloria
que
excede infinitamente
a la que da a los que son sus hermanos
y
miembros de su cuerpo.
s
P sa.!m. e r.
z6.
E stas palabras son
dirigidas al Hijo de D ios , por quien fue–
ron criadas todas las cosa·s.
n Psalm.
~c;vi.
7·
b Psalm.
CIII.
4·
e Psa-lm.
CI.
2.6.