ADVERTENCI A.
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el asunto , por fin hácia el siglo v. se convinieron los latinos San Ambrosio , San
Agustín , San Hilarjo
y
San Ger6nymo con los
Padre~
de la Iglesia Griega ,
y
la
recibieron en el número de las santas Escrituras. Véase San Gerónymo
Ep.
cx~Iz.
nd Dardmz.
Dcspucs de haber tocado brevemente los
fuoqamentos
que hay para esto , nos
falta dar una idea general de la materia que en ella se trata. En el sagrado de–
pósito de las Escrituras que confió Dios a su Iglesia, no ha dexado monumento
mas precioso que eSte
1
ya se mire
la subHtnidad del
arg~unenro
1
ya
la magcstad
y
fuerza de eloqilencia con que se trata. Se habla aquí del S:tcerdocio
y
del sa–
crificio 'de Jcsu Christo , representado por b.s sombras
y
figuras del viejo "{esta–
mento : se descubren las razones que hubo para la mudanza del culto carnal de
los Judíos en el espiritual de los Christianos ;
y
se quita el 1•clo a Moysés ,
y
se
exponen a la luz cl«ra los profundísimos mystcrios que se sombreaban en todos
aquellos sacrificios, ceremonias
y
observancias. Escribe pues nuestrO Santo Apóstol
a los Judíos nue,•amcnte convertidos , confirmándolos en la fe ,
y
alentándolos a
sufrir los trabajos
y
persecuciones que movian contra ellos sus mismos hermJnos in–
crédulos
y
obstinados. Para esro ensalza la excelencia de Jcsu Christo sobre losAn–
geles, por cuyo medio fué dada
la
Ley ;•
y
sobre Jvloysés que fué el mediador
de ella : y la emin¡nre dignidad d!l Sacerdocio
y
sacrificio· de Christo , sobre el Sa–
cerdocio de Aaron ,
y
sobre todos los sacrificios legales. De todo lo qua! resulta la
superioridad de la nueva Alianza
promerid::~n
los l'rophetas )'. en lalfll'ma Ley;
y
la preeminencia de la justicia Christiana que procede de
Ja
fe , en la qua! sobre–
salieron tanto los Parriafcas
y
los justos del antiguo Testamento. Por último , des–
pues de exhortarlos nuevamenre a perseverar firmes en Ja· fe, a sufrir con paciencia
.. Jos trabajos
y
aflicciones , a vivir santa e irreprehensiblemente , a ser reconocidos
a Dios,
y
a praéticar las virtudes de la caridad
y
de
la
castidad ; concluye su Car–
ta deseándoles todos los bienes con la gracia de Dios ,
y
encomendándose a sus
oraciones.
El Chrys6stomo , Theodoreto
y
otros muchos doél:os críticos pon!n la data de
esta Cart,l al fin de los dos años que pasó San•Pablo prisiogero en Roma por la
causa de Jcsu Chri.!'to , por el afio sesema
y
tres de Ja Era .Christiana ,
y
nueve
del Imperio de N eron.
•
,