ADVERTE.NCIA.
555
do
el
derecho que
ei
Cielo babia concedido a San Pedro. Pero de esta razon con
la que se prueba demasiado , se puede igualmente inferir que esta Carta no es ni
de San Bcrnabé, ni de San Lucas , ni de San Clemente, sino de San Pedro , pues–
to que no fueron como él destinados especialmente
p:ua
predicar a Jos Judíos. Y
si esto no tiene sombra ni apariencia de verdad , ni es argumento que pueda per–
suadir haber sido su Autor San Pedro, tampoco convence que dex6 de serlo San
Pablo. E l mismo Príncipe de los Apóstoles tuvo una vision, en que le fué mos–
trado el grande mysrcrio de la vocacion de los Gentiles ,
y
fué enviado expresa–
mente por el Señor a bautizar a Cornclio
y
a toda su familia , que se componia de
.solos Gentiles
1
,
dando principio con esto al cumplimiento de este mysrerio. Y en
sus Cartas
se
Icen muchos pasagcs en que dirige
sus
discursos a los Gentiles, lf> que
]la dado lugar a algunos de creer que Jas escribiese a estos
y
no a Jos Judíos ; mas
no por eso habrá persona tan temeraria que se atreva a decir que metió la hoz en
la mies del Apóstol de las Gentes. Uno y otro Apóstol , aunque aada uno tuviese
su vocacion panicular , exrendian su zelo
y
caridad hácia todos , haciéndose todo
para todos , con el fin de ganarlos a todos para Jesu Christo. Y si esto hacian con
todos sin distincion alguna de personas; ¿quánta pena causaria a San Pablo el ver a
]os Judíos que eran sus hermanos , ciegos e1! sus
er¡o~es,
y
obstinados en perpetuar
l.t
observancia de su Ley
y
ceremtlnias?
¿y
cómo es creíble que en todas las oca–
¡iones que se le
o~ccicron
dexaria de poner todos los medios para convenidos
y
alumbrarlos? Por esto dice , escribierldo a i s Romanos
2
:
Que deuaria..M anat!Ie–
ma,
y
uparado de J esu Christo_ por sus hernza110s
,
que erml de la Jff'fma sangre
que
if
sl'gtt~l
la carllh_.y
en la misma Carta
3
se explica en esros términos :
Mién–
tras que yo fuere el .,Óstol de las
Gentu
trabaJaré por hacrr ilustre mi miuúte-
"
rio
,
para ver si puedo despertar al,guua enmlacio11.
m el
espíritu
de
los Judíos ,
qm:
estt'Ín tt11idos conmigo segzm
la
cartze,
y
salvar por este medio algzmos de ellos.
Y
en Jos Hechos de los Apóstoles
4
se Ice , que entre todos los Apóstoles fueron es–
cogidos Pablo
y
Bernabé para llevar las limosnas a los J udíos de Jerusalem que se
l1abian conven ido a la fe. De todo lo qual se convence que el haber
~do
destinado
San Pablo por Apóstol de las Gentes , no es p•eba de que no pueda ser el Autor
de la Carta a los Hebréos.
L:t segunda r:lzon que se alega para desposee.rle de este glorioso título,
~s
mu–
cho mas f.tcil de refutar. Dicen que si hubiera sido su Autor , no hubiera dexado de
expresar su nombre como lo hizo en otras , en esta que se puede mirar como la
principal de sus Cartas. I'cro el que atendiere a Ja condtla del Santo Apóstol , ad-
/
mirará desde luego
la
sábia
y
prudente "economía que usó en suprimir su nombre
quando dirigía sus discursos a los Hebréos. Nadie ignora la constancia
y
zelo que
mostró desde los principios en tnanteritr la pureza
y
sinceridad de la fe. Po( otra
parte se ·sabe que quando predicaba a los Gentiles
,
uno de los puntos principales
en que instruía a sus Cathecúmenos.
y
Neóphitos era, que por el mysterio de la
Cruz babia cesado
la
obligacion de la Ley
y
todas sus ceremonias. Los Judíos que
a:e convertían no podian lacilmente desprenderse de sus tradiciones
y
observancias,
·•
AE/or.
r .
:z
Cap.
rX.J.–
Tom.ll.3
Cap.
JCI.
l.J· 14.
•
Cap.
~ r.
;o..
Aaaa"2