ADVERTENCIA.
lo que dió
ocasi~n
a muchas disensiones }' controversias, como se puede ''er en lo1
Hechos ,
y
en el conrcxto de las Cartas de nuestro S.mro Apóstol. Se añ.ade
;¡
to–
do esto , que viendo el Santo su obstinacion , pasó a prcdic:u a los Gentiles
' .
Pot"
lo qu:tl le aborr\:ci:m de muerte ,
y
teniéndole por enemigo dedar.1do de:
~loys6
y de la Ley , no querian ni aun siquiera oir su nombre. Así prc\'icndo que
iUS
r.1~
zoncs no serian bien recibidas de los Hebréos ,
y
que no hJri.m en sus corJ¿oncs
todo aquel fruto que deseaba , us.:mdo de una s.ibi.t prudcnda ,
y
de un :mificio
muy propio de su caridJd , suprimió su nombre en eSta
Cana ,
busc:tndo sol:unca–
te el persuadidos
y
convertirlos con ella. Y de
cuo
mismo se puede
tOm:l.rotrG
argumento para probar que no la escribi.6 en Hcbrc!o; porque siendo muy venado
en esrc idioma ,
y
por otra parte notándose en
~1
un.l elevacion
y
profundkl.tdgrande de espíritu , a.compañadJ de una :ldmirablc fuerza
y
vchcmenci.1 en el di5..
curso , hubiera dado que sospechar que er.1 suya , mJiogrando así el lin que se ha–
bia propuesto de reducirlos. De todo lo qual se
v~
1
que
el
lubcr
cal1.1.do1u
nom–
bre fue! obra de su grande c:tridad
y
sibia economía ; de lo que de ningun mod
se puede tomar fundamcnro para probar que no luya siJo su verdJdero Autor.
La
difcren~ia
de estilo debe movernos mucho mlnos
;
porque si
l.l
escribió en
H cbréo como quieren :algunot, debía rüsulrar diferencia de estilos d..: esra diversi–
dad de lenguas ,
y
mas emre la Hebréa
y
Gribga que se difeiencian pnto en la.
colocacion , phrase , elegancia
y
en todo el hibi(O de ellas. Si
'"la
escribi!.i en Grio-–
go
com~l!da
insinuado
1
la diversidad de sugatos a quien escribía el Santo Ap6s–
tol; la caiid'Jd de la materia o argumentos sacados todos del Testamento
antiguo~
Ja m:tyor vi,•éza de afetl-o encendido con la considencion
~-
scribir a 'us hcrm -
nos segun
la
carne ; toJo esto pudo ocasionar
la
diferencia de estilo que se not;&
entre esta
y
las demis C,nas del Ap6stol. Pero los que han cntudo mas ctn
el
fondo de esta m:ueria
1
han reconocido aquí muchas ex.presioncs p:u
:tlcl.tsa
J.,
que
se hallan en las otras. Su mlthodo , sus
r~onamicmos
, su.s mism.u phuscs ,
JU
clc–
vacion
y
vehemencia convencen mas a Jas claras que es obra del Santo Apó.nol.
Pero den.ndo a un lado estas
y
otras muchas ra.zoncs ,
y
la principo1l de
tod.l.s
que es el consentimiento
univcrsai~Clc
todos los Padres
y
Con ilios del Occidente,
Jos quales desde el siglo
1
v. no reconocen otro Autor de ella que a S. Pablo; el mÍJ–
mo Samo lo dá en algun modo a entender en el Cap. x. 34· Allí donde
la
V
ulg~ta lec :
N o1m
~~
vi118is
compnssi utis
,
se lec en el
origio;~l
:
~
,..;.-,
T•il Ja.-;uic J4V
~,•n~CTU-n
1
~uuh.1
-vil cutis meis
compassi estis
:
cxprcsion muy f.tmiliar
de'
que
usa en varios lugares de
escritos ,
y
qu~
no pucJc
coA~cnir
:t
otro que a
~1.
To–
das cnas consideracio11cs oblig.aron a decir a un cllebre Escritor
11
,
que loJ que nie–
gJn que esta Cana es de San ["¡¡blo , llegan a afirmar que f.altó a San P.1blo
la
;uis–
tcncia de Jesu Christo. Por todo lo qual \ uede senudo que sin
temerid.adno se
puede negar que es S.m Pablo su verdadero
y
legítimo Autor. Pero lo que no
ad–
mite la menor duda es , que todos los Jic:les de .Jmbas Iglesias rieg.a
y
Latina, ro–
conocen e.sta Cuu. a los Hebréos como Divina
y
Canónica , como lo declar6 úhi–
milmente el Concilio de Trento ; pues aunque algunos
ritorei Latinos recelosos
de Jos He:reges Arri.J.oos se detuvieron alguo tiempo
p.uaeLiminar
DUS
de espWo
•
A.~or.
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I .
6.