486 EPIST.I. DE S.PABLO A LOS THESALONICENSES.
et nullíus aliquid desidere-
tis.
12
N o!umus autem vos i–
gnora re, fratres , de dormienti–
bus, ut non contristemini sicut
et ceteri , qui spem non ha–
bent.
13 Si enim credimus quod
Iesus mortuus est et resurrexit;
ita et Deus eos , qui dormie–
runt per lesum, adducet cum eo.
14 Hoc enim vobis dicimus
in verbo Domini , quía nos
qui vi vimus , qui residui su–
mus in adventum Domini , non
praevcniemus eos qui dormie–
runt.
15 Quoniam ipse Dominw.;
in iussu et in voce " Archan–
geli , et in tuba Dei deseen-
<Q
Con los infieles, que están acechan–
do todos vuestros pasos
y
acciones para
desacreditar
la
Religion que profcsais.
2
De los que han muerto. El Griego
Mt,u~'#«<
,
duermo
,
se roma por
morir;
de donde
KOt,.«JIT~e,.tov,
dormitorio
,
que los
L atinos han tomado de los G riegos,
coc–
mcterium ,
es el Jugar
don9e
se
entierran
los mucnosr_, La muerte de los Chrisria–
tlOS
no se debe flamar muerte, sino<hte.ó.o.
V éase S.
C:~PR.
L ib. d e Mortnlitate.
3
N o sintais con exceso la muerte de
vuestros amigos o parientes , como lo ha–
cen los Gentiles ; por quanro estos como
q ue no tienen la u peranza de la felicidad
dt:: la otra vida ,
cuent~
por perdidos a
Jos que b muerte arrebata.
" Todos los hombres resucitarán ; mas
Ja resurreccion
a
la vida biena'ventur.t–
d a solo será para aquellos
que
hubieren "'
muerto unidos
e
incorporados con J esu
C hrisro por una viva fe.
s No como palabra mia , sino del Se–
ñor de quien lo he aprendido por espe–
cial rcvcbcion.
e;
H abb en nombre Oe los escogidos
que se hallarán vivos
:l
la fin del mundo,
los que tambicn serán juzgados.
fuera • ,
y
no codicieis cosa algu–
na de nadie.
12
T ampoco queremos, her–
manos, que ignoreis acerca de los
que duermen • , para que no os
entristez.cais como Jos otros, que
no tienen esperanza
3.
13
Porque si creemos queJe–
sus murió
y
resucitó ; así taro–
bien Dios.traerá con Jesus a aque–
llos, que durmieron por él
4 .
14 E sto pues os decimos en
palabra del Señor
s ,
que nosotros
que vivimos
6 ,
que hemos queda–
do aquí para la venida del Seño r,
no precederemos
7
a Jos que d ur–
mieron.
15 Porque el mismo Señor
COl):
mandato
y
con voz. deArcan–
gel.
8
,
y
con -ttumpeta (le D ios,
7
En la in<::\:_·tidumbre de aguel gran
día se considera el Apóstol como
u
t>
de aquellos que se hallarán vivos cotón–
ces ,
y
se cita a sí mismo por exemplo de
lo que sucederá a Jos que en aquel punto
estuvieren aun vivoS , Jos quales no irán
a recibir a Christo mas pronto , que Jos
que de muchos siglos habrán muerto
y
estarán reducidos a polvo. De esta mane–
ta
de hablar del Apóstol , han creído co–
munmcnte los Padres Griegos , que
los
escogidos que vivan en aquel tiempo no
sufrirán la muerte , sino que en un
punto
serán trasladados
y
revestidos de la
in–
corrupcion
y
de la inmortalidad :
y
que
en este paso'rnstantáneo de
un
estado ca–
duco
y
mortal a otro de inmortalidad
y
de gloria , consistirá su resurreccion .1v1as
casi todos los Padres Latinos , fundados
en que todos los hijos de Adam deben
morir , di o por sentado que morirán
tambien , aunque
su
muerte por el cOrro
espacio que mediará entre ella
y
su re–
surreccion , mas debe llamarse sueño que
muerte.
r. Corinth. x v .
51.
Véase
SAN
AGUSTtN
d~
Civit.D ti
Lib. ~x.
Cap.
~'S·
y
S.
THOMAS
L ell.
II.
a
¿Quién
no
admira el ·infinito
poder