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CAPITULO

IJ.

479-

Deo ut crederetur nohis Evao–

gelium : ita loquimur , non

quasi hominibus placenres, sed

Deo , qui probat corda no–

stra.

5 Neque enim aliquando fui·

mus in sermone adulationis, sic–

ut scitis : neque in occasione

avariciae: Deus testis est:

6 Nec quaerentes ab homi–

nibus gloria m neque a vobis

neque ab aliis.

7 Cum possemus vobis one·

ri esse ut Christi Apostoli: sed

faéti sumus parvuli in medio ve·

strum , tamquam si nutrix fo–

veat filias suos.

8 lta desiderantes vos ,

CU·

pide volebamus

0

tradere votis

non solum E vangelium Dei , sed

etiam animas nostras ; quoniam

charissimi nobis fatii estis.

9 Memores

en~

escis, fra·

tres , laboris nostri et fatiga-

• tionis • : noéte ac die operan–

tes, ne quem vesrrum gravare-

a Mas por quanto Dios nos

e~cogió

como Ministros fieles

y

sincéros , para

-que publicásemos

el

Evangelio.

1

A quienes csrán patentes todos los

accrelOS

de

nuestros corazones.

3

MS.

D e lounía.

4

Esta es la prueba del..,erso prece–

dente. Véase a

T r:rEODORE'fo.

s

Ni

mirando a nuestra particular uti–

lidad , ni pretendiendo ganaroos el con–

cepto de los hombres , como hacen los

que con perjuicio de la verdad profanan

la doéhina del Evangelio , llevados de

interés

y

de vanagloria.

6

Hacieado

que

contribuyeseis para

nuestro necesario alimento :

o

excrcicn–

do cnu·c vosotros con autoridad nuestro

ministerio.

S.BERN.

Serm.xXJJ'I'. in

Cant.

hados de D ios', para que se nos

confiase

el

Evangelio : así ha–

blamos , no como para agradar

a hombres , sino a Dios , que–

prueba nuestros

cora:z.ones

•.

5 Porque nuestro Jenguage

nunca fué de adulacion ' , como

sabeis •: ni un pretexto de avari–

cia s: Dios es testigo:

6 Ni buscando gloria de. los

hombres ni de vosotros ni de

otros.

7 Pudiendo como Apóstoles

de Christo seros gravosos

6

:mas

nos hicimos párvulos en medio de

vosotros

7 ,

como una

nodri:z.a

que

acaricia a sus hijos.

'8 Y a.í amándoos mucho, de–

seábamos con ánsia daros no solo

el Evangelio de Dios , mas aun

tJuestras propias ánimas

~;

por–

que nos fuisteis muy amados.

9 Pues ya os acordais, her–

manos, de nuestro trabajo y can–

sancio: trabajando noche y dia

~

por no gravar a ninguno de voso-

~

7

'i,lgunos Códices Griegos Icen

1·á'"u•

1:iño.r pequeños

;

mas otros

1

y

Jas Bi–

blias Complutense

:y

de Arias Montano

leen

;mo1 1

sunve.r, mmz.ro.r

,

lo que pa–

rece mas propio. Como precede

iJi,..~•-

1'-H

,

pudo jumarse

la

1

final al

;, w ,

y

nacer de

allí eJI

•~mo1,

Pero la

cxpre–

sion

del

texto

es

mas fuerte

y

compre–

hensiva.

Sacrificando ,

y

ofreciendo nuestras

..

vidas por vuestro bien.

9

En quanto

al

trabajo de manos que

praa-icaba

el

Ap6stol para ganar su sus·

rento ,

y

por

no

servir

de carga a

aque–

llos a quienes predicaba

el

· Evangelio.

V éanse los

J-J,:c/¡os X;( .

34·

r. Corinth.

.rv.

12.

y

el

CuRvs6sTOMO

en la

Homi–

/ia r r r.

sobre esrc mismo lugar.

11

.Aflor.

~~

..

34·

r.Corint/¡.¡y,

u .

rr. Ihessal. rrr..

8.