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EPISTOLA DE S. PABLO A LOS PHILIPENSES.
16
Verumtamen ad quod
pervenimus, ut ldem sapiamus,
et
in cadem permaneamus re–
gula.
17
lmitatorcs mei estote,fra–
tres , et observare eos qui ita
ambulant, sicut h&betis formam
nostram.
18
Multi • enim ambulant,
quos sacpe dicebam vobis, nunc
autcm et flens dico , inimicos
Crucis Christi:
19
Quorum finis interitus:
quorum Deus venter cst : et
gloria in confusione ipsorurn,
qui terrena &apiunt.
20
Nostra autem conversa–
tío in Cae!is est : ucc!e etia'm
Salvatorem expeétamus Domi–
num nostrum lesum Christum,
2
r
Qui reformabit corplll.
humilifa tis nostrae configura–
tum corpori claritatis suae,
sccundum operationem
qua
etiam possit subiicere sibí om–
nia.
luz para que salgais de semejante error.
'
En quantOc_.;t los preceptos
y
puntos
de fe que quedan esrabttcidos , de que te–
nemos ya un pleno conocimiento.
TuEo-
DORETO.
,¡
~
Segun el modelo que
rene1s
y
habcis
visto en mí.
.
l
Tales eran
los
que enseñaban, que
no se podia
conseguir
la
salud
sin
las ob-
5crvancias
legales. Y tal
es
la
imágen dG
~os
f.llsos Apóstoles. Véase el
CHRYSÓs–
ToMo.
4
En lo que debía cubrirlos de vcr–
:llcoza, como cr:t pasar Jos
dias
en
diso-
•
#/.
ROmmJ..
~vr.
t ¡ .
16
Mas en quanto
a
lo que he–
mos ya llegado ' , tengamos unos
mismos sentimientos ,
y
perma–
nezcamos en una misma regla.
17
Sed imitadores mios, her–
manos, y no perdais de vista
a
los que así andan, -segun que te–
neis nuestro exemplo •.
18
Porque muchos andan, de
quienes otras veces os decía, y aun
ahora os digo llorando, que son
enemigos de
·Ja
Cruz de Christo '·
19
Cuyo fin es la perdicion:
cuyo Dios es el vientre : y su
gloria es para confusion de ellos
4•
que gustan solo de lo terreno.
20
Mas nuestra conversa–
don
s
está en los.Cielos : de don–
de' tambien eSpframos
6
.al Salva–
dór nuestro Señor
J
esu Christo,
21
El qua! reformará nues–
tro
cuerp~~batido
para hacerlo
conforme a su cuerpo glorio- .l,
segun la operacion con que taro–
bien puede sugetar a sí todas
las
cosas.
luciones , convites
y
otros desórdenes.
5
Somos_ y a Ciudadanos del Cielo,
porque hcnfbs
dado de
mano a rodas
Jas
·
cosas
de
la tierra.
El T.
Gr.
j¡p;;,
y(,¡p
TI
mAinu,ua.,
nuestra República , nuestra
Pa–
tria , nuestra policb.
6
D e donde esperamos que nos ha de
venir
la
pcrfeEta
libertad y
rcdencion en
Jesu Chrisro nuestro Salvador
y
Reden–
tor , el qua! por medio de su
omniporen~
c:ia transformará este cuerpo vil
y
despre–
ciable , en
un
cuerpo glorioso
e
incorrup–
tible semej:mre
al
suyo.
Y
así todos
llUCi–
u o¡ deicos
han
de
ir
allá.
arriba.