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EPISTOLA DE S. PABLO A LOS EPHESIOS.
lis , et quae in terra sunt , in ;, así las que hay en el Cielo,
coma
ipso :
en la tierra , en él mismo:
,
1
r In quo etiam et nos sor-
1
r E n el qual fuimos tambien
te vocati sumus, praedestinati
J
llamados por suerte' , predesti-
secundum propositum eius qui
nadas segu n el decreto de aquel
operatur omnia, secund um con- que obra todas las cosas ",segun
silium voluntatis suae:
\ el consejo de su voluntad:
12
Ut simus in laudem glo- ·
12
Paraqueseamosenloorde
riae
ei~s
nos
?
qui ante spera-·
1
_
s~
gloria nosotros, que
~ntes
ha-
V1mus
10
Chnsto:
·,brarnos esperado en Chnsto ' :
13 In qu.o et vos , cum ·., 13 En el qua! tambíen voso-
audíssetis verbum veritatís, E-
•
t.ps4 ,
quanclo oísteis la palabra
va ngelíum salutis vestrae , in
d ,. a verdad,e!Evangelio de vues-
quo et crecientes signati es- tra ;alud;
y
habiendo creído en él,
tis Spiritu promissionís San- fuís ;:,is sellados con el E spíritu
éto,
Sant ·
f ,
que era prometido,
14 Qui est pignus heredita-
14 El qual es la prenda
6
de
tis nostrae , in rect,mption&m
n~estra
herencia, para redimir el
'
·,
Christo :Cunió los Angeles , lbs
hombres,
T E RTU ttAN
'~·itib.
v . contra
Marcion.
los J udíos,
los
Gentiles , para que todos
Cap. :xrrr r.
'
juntos no formasen sino una sola Iglesia,
4
E sperasteis. Habla aquí con Jos Úe
un solo cuerpo , del qual fuese él
la
cabe-
E pheso ,
y
en ellos con todos los Gcnti-
za.
El
H ijo de D ios ámes de su Encarna-
les que recibieron la fe despues de los He..
cion aun no era nuestra cabeza ; porque
bréos.
todavía no tenia la misma naturaleza que
s
H abitando ert nosotros el Espíritu
los miembros.
Ga!at. rv.
4·
Santo , es como
l:t
prenda o el seguro de
'- E l Santo Apóstol habla aquí del
pe~
la herencia que nos está prometida,
y
co~
qucño número de J udíos que ha.iwb:io
lla-
mo el sello o la marca que llevamos de
mados a la fe ántes que
Jo~fíes
,
y
hijos de D ios
~
esperando que el rescate
compara su vocacion a la suerte ; por
que hizo Jcsu Christo de nosotros con su
quanro en esta vocacion , del mismo mo-
Sangre
,
tendrá su cumplimiento con la
do que en la suerte , no se puede dar otra
poscsion de
l::t
gloria eterna; que sin du-
razon de que los unos sean preferidos a
da se verificará si somos fieles en conser-
los otros,
sino~~
bucrt,querer
o
beneplñ-
var este sct:o
y
seguro de nuestra adop-
.
cito
de aquel cuya voluntad gobierna ro-
d on. V éanse TunoDORETO
y
TER
TU-
das las cosas. E l CHRY.sÓsToMo. Algunos
LlANO.
conVATABLOtrasladan c!Gr.ixf.1!fo1.&1!14t"
f/1'"
6
E l
T. G r.
d.pfa./'i~'l ,
las arras,
que
somos llamados a la
h~rencia
o .mer
'
son parte del precio que se dá antes de la
te.
paga; son mas, segun S. G ERÓNYMO , que
2
T odas las cosas que pertenecen al
la
prenda. ¿Y si las arras son tan g rmz-
mysterio de la salud.
d es , qué será
l~t
pou.sionmisma?
Es.He-
'3
Para que fuese D ios glorificado por
braísmo freqiienre
redt:mptioadquisitioni's,
la conversion de los I-Icbréos , los quales
en lugar de
P ueblo redimido
y
adquirido
lJabiendo esperado en Christo ántes que
p o1· fa 1'edencion.
La
perfeéta redencion
los Gentiles , debian llevar por todo el
no se consigue hasta que estemos libres
mundo
la
palabra de D ios
,
y
comunicar
de esra vida morral
y
corruptible,
y
en-
a las N aciones la gracia del E vangelio.
tremas a.poseer la inmort:ll
y
$ 1oriosa.