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CAPITULO

V.

ce pedes eorum , qui sepelie–

runt virum tuum ad ostium , et

cfferent te.

ro Confestim cecidit aote pe–

des eius, et expira.vit. Intrantes

autern iuvenes invenerunt illam

mortuam , et ex.tulerunt , et se–

pelierunt ad virum suum.

II

Et faél:us est timar ma–

gnus in universa Ecclesia , et in

omnes qui audierunt haec.

12

Per manus autem Apo–

stolorum fiebant signa et prodi–

gia multa in plebe. Et erant

unanimiter orones in porticu Sa–

lomonis.

13 Ceterorum autem nemo

audebat se coniungere illis: sed

magnificabat eos populus. •

14 Magis autem augebatur

credentium in D omino multitu-•

do virorum ac

~ulierum:

r

5

Ita ut

11'1""'

plateas eiice–

rent infirmos , et ponerent in

prueba del Espíritu de Dios ,

y

ver si ha–

bia alguna cosa que pudiera esconderse a

su luz: o a su justici,t.

1

S. Pedro no hizo mas que

imim:ule

el juicio de Dios, sin solicitar ni pedir su

muerte. Y

el

castigo de dos sirvió de

cnscó:mza

y

escarmiento para muchos.

S . lJII!RON.

Epist. nd D cmetriad.

~

Todos cmraron en temor , cono–

ciendo la importanci:t de

~vir

a D ios en

espíritu

y

en verdad,

y

que Dios no pue–

de ser burlado.

Y

el Señor hizo este ter–

rible escarmiento en los !?rimeros tiem–

pos de su Iglesia , con el fin de imprimir

en el corazon de todos los fieles un gran–

de horror al pecado , y sobre todo a la

hypocrcsía, que se opone derechamente

:t

l_a

picd;Jd

y a la religion. S. l sw.

Pel~

L rb.

I •

.Epist.

CL XX XI.

3

El comun del pueblo , como mas

sencillo

y

dócil , era mas acreedor a las

g~acia_s

que

el

Señor dispensaba por mi–

UISteno de los Apóstoles.

aquí a la puerta los pies de los

que han enterrado a tu marido,

y

te llevarán a

ti '.

ro En el punto cayó ante sus

pies,

y

espiró. Y habiendo entra–

do los mancebos haUá ronla muer·

ta ,

y

lleváronla a enterrar con

su marido.

r r Y sobrevino un g ra n

te~

mor en toda la Iglesia,

y

en to–

dos los que oyeron estas cosas •.

r

2

Y por ·las manos de los A–

póstoles se hacían muchos mila–

g ros

y

prodigios en el pueblo ' :

y

estaban todos unánimes en la

galería de Saloman •.

I

3 Y ninguno de los otros osa–

ba juntarse con ellos

s,

mas el pue–

blo los honraba en grande manera.,

14 Y se aumentaba mas el

número

6

de hombres

y

de mu–

geres, que creían en el'Señor:

15 De modo que traía n los

enfermos a las

pla:~.as

,

y

los po-

... Este pórtico o galerÍ.l era muy es–

pacioso , y estaba , como dexamos ya dj..,

cho , en el árrio de los Gentiles. Aquí po–

dia

~o

ocurrir uu crecido mímero de pue–

blo , y los Apóstoles predicaban con ma–

yor libertad el Evangelio.

5

Aquellos que no habi:m abrazado

fa

Fe

1

o que no habian tenido cor:lZon para

desprenderse de sus bienes , y hacer

uaa

Yida comun

,

como

lqj

verdaderos discí-.

puJos de Jesu C!hristo

1

no se atrevían a

¡unta~:sc

con ellos

1

o por un géoero de

respeto

1

o por temor , en visra de lo que

haltia sucedido con Ananías

y

Saphíra ;.

y

así se contentaban con clogi.1r su ''ida

y

costumbres

irreprchcn~iblcs.

6

MS.

Y

acr~ci"

In.

qumztín

de lOs cu–

J'mfcs m Christo.

El terreno estaba bien

preparado : la semilla era de

l:t

mejor ca–

lidad : Jos rocíos del Ciclo comínuos

y

abundnmes; y por tanto el fi·uto dcbia se.r

copiosísimo.

JII

castigo de Ananías sirvió

para atraer mas gente a

la

Iglesia.