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CAVITULO

IV.

vos crucifixistis , quem Deus

suscitavit a mortuis ; in hoc

iste astat coram vobis sa–

nus.

1

r

Hic

est la pis , qui re–

probatus est a vobis aedificanti–

bus , qui faétus est in caput an–

guli:

12

Et non est in alío ali–

quo salus. Nec enim aliud no–

men est sub C aelo datum ho–

minibus , in quo oporteat nos

salvos fi eri.

13 Videntes autem Petri con–

stantiam et Ioannis , comperto

quod homines essent sine litte–

ris et idiotae , admirabantur;

et cognoscebant eos quoniam

cum lesu fuerant:

14 H ominem. quoque viden–

tes stantem cum eis , qui cura!

tus fuerat, nihil poterant con-

tradicere.

15 I usserunt autem eos fo–

r as extra co ncilium secedere: et

conferebant ad in vicem,

16

Dicentes : ¿Quid facie–

mus hominibus istis ? quoniam

quidem notum sig num faétum

est per eos ornnibus habitanti–

bus Ierusalem : manifes turií est,

et non

possurn.us

negare.

1

MS.

Cimrntadores.

2

N ingun hombre puede salvarse sino

por los méritos de aquel que por excelen–

cia tiene el nombre de Jesus dado por

D ios a los hombres para salvados. N os

St:a necesario ,

esto es , podamos ser sal–

vos ;pues la fe en JcsuChrisro es necesaria

para conseguir la salud ;

y

sin ella nadie

la

conseguirá.

E l

Gr.~ ~-n1pla.,

la salud.

3

Porque no podían comprehendcr

a P snlm. c xv r r .

22.

M atth. :xz r .

4 2.

Marr:.

XII .

10 .

Lu~. x...~:. ~ 7·

l sai.

quien vosotros crucificas tei-s ,

y

a q u,ien

Dios

resucitó de entre los

muertos; en él está sano este de–

lante de vosotros.

1

r Esta es la piedra que ha

sido reprobada de vosotros Jos

arquiteétos' , que ha sido puesta

en la cabeza del á ng ulo :

12

Y no hay salud en ning un

otro: porque no hay otro nom–

bre d ebaxo del Cielo , dado a Jos

hombres, en que nos sea necesa–

rio

ser salvos

2..

13

Ellos viendo la firmeza de

Pedro

y

de Juan , entendiendo

que eran hombres sin letras e

idiotas, rnaravillábanse ' ; y co–

.rocíanlos que habían estado con

Jesus:

14 Y vi endo estar tambien

con ell os el hombre que había si–

do sanado , en nada pedían con–

tradecir.

r

5

Mas mandáronles salir

fuera de la junta : y conferían

entre sí,

16 Diciendo : ¿Qué ha re–

mos de estos hombres? porque

h¡¡p hecho un milagro notorio

a quantos moran en J erusalern:

patente es,

y

no lo podemos ne–

gar "·

que pudiesen 'flablar de las E scrituras con

mayor rino que los mismos D oétores de

la

Ley .

4

Este discurso es muy semejante al

que hicieron en otro tiemeo los mismos

I>hariséos contra el Señor.

l oAN. X I.

47·

¿Quid facimus , quin !lic l10mo multa. sig–

na. facit?

H:1blando de esta suerte , se

con~

fcs:1ban vencidos. Teni:m a los Apóstoles

entre las m:mos;

y

al paso que descab:m

:xxvur.

16.

I.

P etr.

I I .

R oman. I X.

3J·