CAPITULO XIX.
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de entre la gente,
y
le daban em–
pellones los Judíos.
Y
Alexandro
pidiendo siJencio con Ja mano,
queria dar rawn al pueblo.
runt Alexandrum , propellenti–
bus eum Iudaeis. Alexander au-
tem manu silentio postuJato, vo–
lebat reddere rationem populo.
34
Quem ut cognoverunt Ju–
daeum esse , vox faél:a una est
omniurn, quasi per horas duas
clamantium: Magna Diana Ephe–
siorurn.
35
E t cum sedasset Scriba
turbas ; dixit : Viri Ephesii,
¿quis cnim ese hominum , qui
-nesciat Ephesiorum Civitatem
cultricem esse magnae Dianae,
lovisque prolis?
36
Cum ergo his contradici
non possit , oportet vos seda–
tos esse , et nihil temere age-
re.
"
37 Adduxistis enim homi–
nes istos , neque sacrilegos, ne–
que blaspheman);
deam ve–
stram.
38
qui cum eo sunt artífices ha–
bent adversus aliquem causam,
conventus forenses aguntur , et
Proconsules sunt , accusent in–
vicem.
39 Si quid autem alterius
34 Y
quando conocieron que
él era J udio, todos a una voz. gri–
taron por espacio de casi dos ho–
ras : Grande Diana la de los E–
phesios.
35
Entónces el Escribano' ha–
biendo apaciguado a la gente,dixo:
Varones de Ephcso, iquién de los
hombres hay que no sepa que la
Ciudad de Ephcso eshonradorade
la grande Diana,e hija deJupiter ' ?
36 Y
pues a esto no se puede
contradecir , es menester esteis
resegados ' , y no hagais cosa
alguna inconsideradamente.
37 Porq,ue estos hombres que
habeis traído aquí, ni son sacrí–
legos ni blasphemos cC!IJtra vues–
tra Diosa •.
38 Mas si Demetrio y los ofi–
ciales que están con él tienen al–
guna querella contra alguno, Au–
diencia pública hay, y Procóosu–
les hay
s
,
acúsense los unos a los
ot~s.
39 Y si demandais algo so-
~
que se gritaba contra ell · ualmenrc que
contra los Christianos , e
o que conde–
nAban del mismo modo la idolatría , saca–
Ton no sin
trabajo de
entre
la muchedum–
bre un hombre de su nacion llamado Ale–
xandro , cloqiíente
y
de consideracion en–
tre ellos , para que hiciese ver al pueblo
que su causa no tenia que ver con la de
los Christianos. Mas de nada sirvió su so-
1icitud ; por9ue el pueblo , luego que
,,¡ó
que era j ud1o , esto es, un enemigo de
D iana
y
de los D ioses , comenzó a gritar
de nuevo :
Viva Diana ....
'
La
Vulgata le llama
Seriba.
Es creí–
ble
que fuese alguno de los q\lc hacian
al
pueblo la leél:ura de las ordenanzas que
tocaban a su
~erno
-41
policía.
2
Creían qtre su estatua habia baxado
del Cielo.
PLtNIO
Lib.
XVI.
Cap.
::xL r.
El
texto Griego
6r~m.T;,,
em;iad:zde
Jú–
p i:ter.
3
MS.
Quedados.
4
Puede ser que se contentasen con
predicar contra
la
idolatría , sin nombrar
a Di:llla ni otro Dios en particular , o que
csre Syndico se valiese de
esta
razon , aun..
que conociese lo contrario
,
para sosegar
al pueblo.
:>
El
Proc6nsul
y
su Legado,
Tenien–
te o
V icario.